Nadie es perfecto

Locales | 05 Oct (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos).- Desde las 2 de esta madrugada la diferencia horaria aumentó a 2 horas más en el paisito. Y dentro de poco, cuando los gringos atrasen la hora, la diferencia será de 3 horas. El ahorro de energía hace que los gobiernos de aquí y allá muevan el huso horario. A los ciudadanos, en general, se le causan molestias, pero no queda otra opción que aceptar la decisión gubernamental, entender que es por una «buena» causa y continuar lo más normalmente posible la vida cotidiana.
Lo normal por estos días es considerar a las elecciones del 4 de noviembre venidero, como un encuentro deportivo. Hace pocos días se realizó el único debate entre los dos candidatos a la vicepresidencia, el demócrata Joe Biden y la republicana Sarah Palin, transmitido en directo por la CNN.
Inmediatamente después de terminado el debate, que duró 90 minutos, en los cuales el tema inmigración no estuvo presente, la principal pregunta de los periodistas era quien había «ganado» el debate. Como si eso fuera realmente lo importante, como si eso debiera estar por encima de los conceptos que cada uno de los candidatos expuso.
Por supuesto, el «ganar» o «perder» fue disfrazado con el tino al momento de responder las preguntas de la periodista Gwen Ifill, moderadora del debate. Pero la realidad es que lo que queda en la mente de los receptores del mensaje es quien «ganó». La temporada de los «juegos» presidenciales está en pleno apogeo.
Quien no está para juegos es la ex estrella de fútbol americano (y mediocre actor) O.J. Simpson, quien ayer sábado fue declarado culpable de robo y secuestro en un hotel de Las Vegas (no de los glamorosos, de los de 35 dólares la noche), en setiembre de 2007, cuando intentó robar objetos deportivos coleccionables de dos coleccionistas.
Culpable de 12 cargos, puede ir a prisión por hasta 50 años, por lo que -salvo que sea pariente de Don Matusalén-, de seguro pasará el resto de sus días en la  cárcel (tiene 61 añitos).
Y mientras la Wells Fargo compró el banco Wachovia (aunque juran que no está en crisis), el sexto más grande del país, por 15.000 millones de dólares, el Senado primero y la Cámara de Representantes en segunda instancia después votaron el rescate de 700.000 millones de dólares para apoyar a Wall Street y las más grandes financieras, de modo que el sistema económico gringo no colapse, lo que se considera sería catastrófico, mucho peor que la crisis de 1929.
El fondo de rescate debe ser usado especialmente en líneas de crédito (el propio gobierno de California anunció que si no recibe créditos frescos antes de fin de octubre no podrá pagar ni los sueldos de sus funcionarios, lo que demuestra lo dependiente que es la sociedad del crédito), pero Bush advirtió ayer que los efectos no serán instantáneos, que hay que implementar la ley y que el gobierno federal será cuidadoso con la distribución de fondos.
En realidad, la economía sigue enferma, y aunque la cura viene en camino, el tiempo que demore en ser administrada será clave. La ayuda viene en camino. Como en las viejas películas del Oeste, la caballería llega justo cuando los indios estaban dando «flor» de paliza.