Opinion | 07 Oct Sobrevivir el cáncer es posible. Y prevenirlo, también. Ese es un mensaje primordial a transmitir, especialmente en Uruguay, que ostenta la más alta estadística de casos por año en América Latina, con 1.800 registros anuales.
Aún así, factores como la detección temprana de la patología hicieron que en los últimos años descendiera la mortalidad por esta causa en un 7%.
El establecimiento de una mamografía anual de por vida a partir de los 35 años «constituye un esfuerzo válido para frenar el avance de la enfermedad, pero no es suficiente», dijo el director de la Unidad de Mastología del Hospital Militar, Bernardo Aizen.
Otro elemento preocupante es la periodicidad con que se presenta la enfermedad en mujeres de 30 años. Años atrás esto era impensable, ya que afectaba recién entre los 50 y 70.
No obstante, el 75% de los casos de cáncer de mama se desarrolla después de los 50 y el consumo de alcohol, el tabaquismo y el humo de tabaco incrementan las posibilidades de tener este tipo de tumores a lo largo de la vida. También que la enfermedad aumentó su incidencia en el sexo masculino pasando a afectar al 3% de los hombres uruguayos, el ascenso de dos puntos porcentuales se asocia según el director de Mastología del hospital Militar a un diagnóstico tardío por los médicos, que habitualmente piensan que solo a la mujer afecta el cáncer de mama.
Por todo esto, la adopción de hábitos saludables de vida es fundamental no solo para prevenir esta enfermedad sino también muchas otras. Unido a esto, la consulta al médico especialista por lo menos una vez al año, es fundamental.
Sin embargo, algo tan sencillo y hasta obvio, en la práctica no resulta siempre fácil de concretar. Como ejemplo, el caso de la campaña de papanicolau que se realiza en Paysandú y en el marco de la cual las mujeres son citadas telefónicamente para adjudicarle fecha para hacerse el Pap y un alto porcentaje no concurre.
Un diagnóstico temprano puede salvar vidas. A no olvidarlo. Solo si actuamos responsablemente con nosotros mismos podremos descender la cantidad de afectados por esta forma de cáncer.
Ocupar el primer lugar de la estadística no es en este caso ningún honor sino un hecho lamentable.