Paysandú, Sábado 11 de Octubre de 2008
Rurales | 11 Oct El sector lanar se encuentra en una encrucijada y hasta su supervivencia, en el largo plazo, corre riesgo. La situación explica por qué el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) se abocó a diseñar el denominado Plan Estratégico Nacional del Rubro Ovino.
La elaboración del plan comenzó en agosto y los trabajos se extenderán hasta noviembre, pero ya se tiene un diagnóstico.
Sin considerar la competencia que sufre el ovino ante la agricultura y la forestación, surge un dato significativo con relación a un competidor tradicional, como lo es el sector bovino: en los últimos 15 años la situación del textil ha sido desfavorable si se la compara con la de la carne vacuna, y en la actualidad se da la relación histórica de precios más desfavorable para la lana. Los precios de ésta no muestran síntomas claros de crecer, mientras que los de la carne más que se duplicaron en dólares corrientes durante los últimos años.
Como en un círculo vicioso, la situación no alienta en la actualidad las inversiones en tecnología. En efecto, en el diagnóstico, presentado el 4 de setiembre se afirma que «la producción ovina no parece haber mostrado mejoras tecnológicas importantes en los últimos años a pesar de la existencia de una oferta tecnológica muy abundante y validada a nivel de predio».
Pero no todas son verdes, también las hay maduras y están referidas a la carne ovina. «Las señales de mercado en este caso son más claras y auspiciosas que en la lana. Aumentan los precios en los últimos años», se señala en el diagnóstico.
Además se identifican avances en la producción de carne con factores como el cordero pesado, la existencia de animales más carniceros, una mayor faena de corderos y el incremento de las exportaciones.
No obstante, la producción de carne ovina debe competir con la bovina, que también registra una importante recuperación de precios, al igual que con sectores dinámicos como la agricultura. En tanto el acceso a los mercados más importantes tiene limitaciones: no se termina de abrir el de Estados Unidos y la Unión Europea impone cuotas.
El ingeniero agrónomo Gabriel Capurro, gerente general del SUL, explicó a Conexión Tecnológica, de la Consultora Blasina y Tardáguila, las motivaciones y el proceso de elaboración del Plan Estratégico Nacional del Rubro Ovino. Se apunta a identificar los principales problemas y restricciones del sector lanar a efectos de buscar soluciones y obtener una cadena competitiva y exportadora que brinde beneficios a todos sus eslabones: productores e industrias lanera y de la carne.
Capurro enmarca el diagnóstico ya concretado en una situación general que «evoluciona hacia un uso del suelo más intenso y diversificado, con la agricultura desplazando a la ganadería. No es algo que alarme, pero es hora de buscar una producción más eficiente y competitiva para toda la cadena ovina».
El gerente general del SUL también destaca el panorama internacional que muestra una tendencia errática en cuanto a precios de la lana, con mejores condiciones para las lanas finas y una tendencia firme respecto a la carne ovina, «en un mundo en el que escasean las proteínas».
Para abordar esta compleja situación, el SUL contrató a la consultora uruguaya Integran Consulting, con la que acordó la realización de cuatro talleres en los que participan 40 personas de todos los eslabones de la cadena. Ellos son Sensibilización, expectativas y análisis metodológico, Diagnóstico, Objetivos y Agenda de trabajo. Además, sobre todos estos temas se harán entrevistas a 60 actores de la cadena.
El primer taller se realizó el 14 de agosto, el segundo el 4 de setiembre, el tercero tendrá lugar el 28 de este mes, y el 17 de noviembre el cuarto. Una semana antes del último, el 10 de noviembre, la consultora vasca B+I Strategy, que colabora con Integran Consulting, organizará una videoconferencia con integrantes de la cadena ovina. En estos días se trabaja en la organización del taller de objetivos, que «es el que se espera más, el que despierta mayores expectativas, pues de él surgirá cómo debemos mejorar y qué hacer para competir mejor», dijo Capurro.
El profesional enfatiza la complejidad de los problemas: «Algunos preguntan por qué no se trabaja más con las razas que brindan lanas finas, si ellas se pagan mejor. Pero al mismo tiempo, hay buenas perspectivas para la carne, y las razas que dan fibra fina no son tan buenas carniceras. Es difícil despejar esta ecuación. Se dice que el SUL fomenta el Corriedale. No es así. El rubro ovino es un negocio, se busca rentabilidad y es en función de eso que los productores -que no son tontos- eligen las razas. Pero en la actualidad el problema es muy complejo y por eso nos embarcamos en la formulación del plan. Con él sabremos qué hacer y cómo mejorar».
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