Locales | 12 Oct Quiero por este medio contar a la opinión pública un hecho que sucedió en la Escuela Matriz, experiencia poco grata. En mi afán de superación opté por cursar en la Escuela el curso de auxiliar de servicio, escuela privada en la que con gran sacrificio aboné mensualmente el importe correspondiente, esperando ver reflejado mi sacrificio en el aprendizaje y ver una posibilidad laboral.
Las docentes que ahí cumplen con su labor lo hacen con gran profesionalismo, con excepción, y aquí cuento mi experiencia: ‘la docente de Servicios Generales dividió el grupo, discriminó y creó un pésimo ambiente de estudio, oímos expresiones tales como, ‘si no entendíamos que nos jodiéramos’ expresiones injustificables en boca de una docente. Se decidió hablar a la Dirección y trasladar nuestro problema, pero el miedo a la represalia en las pruebas hicieron que muchas compañeras optaran por callar.
Tal situación me obligó a tener que abandonar el curso, al no encontrar respuestas de parte de la Dirección, que restó total importancia a los hechos, mostrando una incapacidad en la solución, a la que sólo pedimos respeto y encontrar eco a nuestras inquietudes y deseos de superación, aprovechando los tiempos de cada una de las materias. Que por eso abonamos nuestra mensualidad y dedicamos gran parte de nuestro tiempo. Sandra Cabaña