Mika Hakkinen

Deportes | 13 Oct La visita del bicampeón mundial de Fórmula 1 a Uruguay, el finlandés Mika Hakkinen, realmente fue muy interesante, no solo por ser la cara en el mundo de la empresa Johnnie Walker, en la campaña del consumo responsable de alcohol, sino también por su gran conocimiento en lo deportivo y principalmente al volante.
«Estamos haciendo una gira por todo el mundo, concientizando a la gente que el consumo de alcohol y el volante no son compatibles. La persona al momento de ingerir bebidas, sin importar al cantidad, pierde sensiblemente la capacidad de reacción, principalmente en situaciones que hay que resolverlas rápidamente.
En lo personal, hace unos meses en el circuito de Monza, en Italia, realicé una prueba de un prototipo de Mercedes, y cuando estaba girando a 380 kilómetros por hora, el vehículo hizo un trompo. Rápidamente pude corregir y continuar. Si eso me hubiera sucedido bajo la influencia de una bebida alcohólica, sería imposible evitar el accidente», fueron las primeras palabras de Hakkinen.
Por su parte, en lo deportivo, la primera pregunta fue cómo veía la actualidad de la Fórmula 1, luego de que sufriera grandes cambios en los reglamentos, a favor de los espectáculos y la paridad de los monoplazas.
«De a poco las escuderías están adaptándose. Pienso que dentro de lo que queda de esta temporada, y los comienzos de la próxima, la Fórmula 1 retomará mucho más interés y fanáticos en todo el mundo», comentó el piloto.
Una vez culminada la rueda de prensa en el renovado Teatro Solís, Hakkinen se retiró rumbo al Parque Rodó, lugar en el que lo esperaba un Mercedes Benz SLK, para que demostrara sus habilidades al volante. El primero en subirse de acompañante fue el Intendente de Montevideo Ricardo Ehrlich.
Si bien subieron más personas posteriormente, el jerarca municipal, vivió una gran sensación ya que el finlandés aceleró a fondo en la recta principal del circuito diseñado por la Asociación Uruguaya de Volantes (AUVO).
«Es una sensación única. No solo por el control y tranquilidad que tiene este piloto. Sino también porque en la recta aceleró el auto a 170 millas (274 kilómetros por hora)», cometó Ehrlich al bajarse del auto.