Deportes | 15 Oct Bolivia 2 Uruguay 2
Escenario: Estadio Hernando Siles de La Paz. Público: 20.000 personas. Arbitros: Héctor Baldassi, Ricardo Casas y Francisco Rocchio (terna argentina).
Bolivia: Carlos Arias; Cristhian Vargas, Ronald Raldes, Ronald Rivero, Abdón Reyes; Jaime Robles, Wálter Flores, Joselito Vaca (Didi Torrico, 64), Ronald García; Joaquín Botero (Pablo Escobar, 71) y Marcelo Martins Moreno. DT: Erwin Sánchez.
Uruguay: Juan Castillo; Bruno Silva, Diego Lugano, Andrés Scotti, Martín Cáceres; Alvaro González (Maximiliano Pereira, 55), Walter Gargano, Diego Arismendi, Cristian Rodríguez (Sebastián Abreu, 70); Vicente Sánchez y Carlos Bueno. DT: Oscar Tabárez.
Goles: Martins (15 y 41), Bueno (64), Abreu (88).
Amonestados: Vargas en Bolivia; Scotti, Silva y Arismendi en Uruguay.

Le bajó el copete y, si se quiere, prácticamente le cortó la posibilidad de pelear por la clasificación. Uruguay, en la mismísima La Paz, volvió a la realidad a una selección boliviana que llegaba con la camiseta levantada, que había revivido con su empate en Brasil y confirmado su recuperación ante Perú, pero que no pudo con un combinado celeste que dejó todo, que reaccionó en el complemento, y que casi dio vuelta un 2 a 0 en contra.
Un punto en la tabla de las eliminatorias, producto del empate final en dos tantos en la primera fecha de la segunda rueda, da para festejar. Por cómo se dio, porque se jugó mejor que Bolivia, porque se llegó al área rival en un sinfín de ocasiones, porque se pudo ganar.
Y porque la altura, más allá de que se diga una cosa y los dirigentes se arrodillen ante las presiones dando el visto bueno para jugar a 3.600 metros sobre el nivel del mar, colabora para que todo se haga cuesta arriba.
Uruguay le puso el pecho a la situación al tal punto que tuvo dos chances de gol a pocos minutos de iniciado el partido. Pero Martins aprovechó a los 15’ un mal despeje de Lugano para hacerle a la selección celeste todo más complicado todavía. Y se daba todo por perdido cuando a los 41’ nuevamente Martins ingresaría en medio de la pasividad de los dos zagueros para aumentar el marcador tras uno de los tantos pelotazos cruzados que duelen y mucho cuando la reacción disminuye por el efecto de la altura.
Más allá de que el local ganaba inmerecidamente, un 2 a 0 en La Paz es casi lapidario. Pero solo casi. Los de Oscar Tabárez habían complicado en un par de ocasiones en la primera etapa, comenzaron a dominar sorprendentemente el partido en el complemento, no sin que antes Castillo tuviera un par de tapadas importantes. Un pelotazo igual al empleado por Bolivia en su segundo gol fue traducido en festejo mediante cabezazo de Bueno, poniendo a tiro a una selección que no tenía intenciones de darse por vencida.
Tabárez mandó a Abreu a la cancha, y poco después de que el delantero de River Plate desperdiciara una clara chance de igualar las cosas, metió la cabeza con fuerza, entrando desde atrás, para aprovechar de la mejor manera un perfecto envío al área de Sánchez.
Era el empate, el premio merecido para un equipo que no se arrodilló a lo largo de los 90’, que fue protagonista en el complemento, y que no se resigna a bajar escalones en su aspiración a estar en el Mundial 2010.