PARADA QUEGUAY

Locales | 17 Oct Compartir un mate, cortar un trozo de carne asada al pie del fogón, disfrutar de una empanada casera y tomar un vino se transforman en la excusa casi perfecta para dedicar un tiempo a olvidar la rutina. Hace pocos días, varias localidades concretaron encuentros disfrutables, que contagiaron a otros habitantes del campo y también, por qué no, a quienes vivimos en la ciudad.
Los últimos tres acontecimientos socioculturales vividos en Gallinal, Piedras Coloradas y Lorenzo Geyres tuvieron por objetivo concentrar, por lo pronto una vez al año, un tiempo para confraternizar y fortalecer los vínculos entre poblaciones del interior. En ese escenario de referencia, Parada Queguay festejó —el último fin de semana— sus 118 años, que conserva un interesante pasado social y productivo. Su central telefónica, la parada de la línea interdepartamental de ONDA y la conservada estación de ferrocarril forman parte de ese patrimonio.
Redescubrir ese paisaje y a sus protagonistas permitió a los visitantes acercarse un poco a esas comunidades que intentan, a través de estos acontecimientos festivos, mostrarse y atraer a propios y a extraños. En ese contexto, la caza del jabalí puede llegar a transformarse en poco tiempo más, en esa marca registrada que caracteriza a otros pueblos. De hecho, y como expresan orgullosamente sus habitantes, «ahora sí las ocho juntas locales tienen su motivo de festejo». Sorprendida por la respuesta de la gente, la comunidad de Lorenzo Geyres vivió intensamente tres días, en los que intentó tentar a quienes gustan del turismo de aventura y que por ese territorio pueden disfrutar de las particularidades del monte nativo, su fauna y su flora.
Los resultados primarios de esta caza fueron satisfactorios y emotivos y los equipos participantes prometieron regresar.