Opinion | 14 Oct El Frente Amplio se propone regular los contenidos de la televisión con una cuota de tiempo en segmentos centrales de la programación y una reserva obligatoria de un porcentaje a determinar para ser destinado a la producción nacional.
La denominada «cuota pantalla» tiene por objetivo resguardar al público de la «televisión chatarra» y para promover la producción nacional es un objetivo del Frente Amplio para un eventual segundo gobierno.
Concretamente, se pretende estimular y amparar legalmente en los medios de comunicación, la programación nacional de ficción y contenidos culturales.
Según trascendió, la idea es establecer una cuota de tiempo en segmentos centrales para la referida programación y una reserva obligatoria para los medios de un porcentaje a determinar del valor económico del espacio publicitario en la emisión diaria, para ser destinado a la producción.
Al respecto, el nuevo director nacional de Cultura, Hugo Achúgar —quien tiene un ensayo escrito sobre la «tinellización de la cultura»—, dijo ser partidario de la «cuota pantalla» como forma de desestimular a la denominada «televisión chatarra».
El objetivo último de la propuesta seguramente es compartido por los muchos uruguayos que nos quejamos de que la televisión abierta nos obligue cada noche a ver programas de escasísimo o nulo valor artístico y cultural ante la falta casi absoluta de alternativas.
Podría argumentarse que es el espectador el que tiene la última decisión y que con solo apretar un botón puede apagar el televisor y que si estos programas tienen tanto rating es porque el público los consume. Y es cierto. No obstante, el problema central es la falta de opciones, la necesidad de contar con otra cosa para ver. Y ese punto está bien identificado por la propuesta del partido de gobierno, aunque seguramente no todos compartimos la solución que propone. Porque jugar al «gran hermano» no es sano para ningún gobierno y la regulación de la actividad de las empresas privadas, traerá problemas.
Si lo que todos queremos es contar con más producción nacional en la televisión para generar nuevas y diferentes propuestas, lo que debe hacerse es incentivarla con los medios necesarios de forma tal que los creadores nacionales puedan contar con facilidades para desarrollar buenos contenidos, diversificando la oferta.
La inclusión en un programa de gobierno de regulaciones de este tipo no significa ningún peligro inmediato, puesto que no siempre éstos se cumplen a cabalidad y para ponerlo en práctica debe ganarse primero una elección. No obstante, por tratarse de un tema que involucra los medios masivos de comunicación, es que se está hablando de esto hoy aunque haya asuntos más importantes de los que deberíamos ocuparnos.