Opinion | 24 Oct A través de su cancillería, Uruguay comunicó que no dará su voto para que el ex presidente argentino Néstor Kirchner sea electo como nuevo secretario de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Es que las relaciones son de ida y vuelta: uno da y luego recibe. Nuestro país le ha dado a Kirchner sobradas oportunidades de demostrar, con hechos, el respeto por la libre determinación de Uruguay y la libertad de sus ciudadanos. Y el ex mandatario argentino no ha sabido, o no ha querido, aprovecharlas.
La Unasur está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guayana, Perú, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela. La Presidencia Pro Tempore es ejercida por Chile y la designación de un secretario necesita el voto positivo de todos los miembros. Más allá de la dudosa utilidad del nuevo bloque y de que haya sido considerada como una nueva excusa para crear más burocracia y asignar abultados sueldos a políticos desocupados, la Unasur existe y la determinación adoptada llamará la atención de los países miembros sobre la situación a la que un puñado de piqueteros protegidos por el gobierno argentino han sometido a Uruguay durante un largo período.
Si se supone que la Unasur tiene como uno de sus principales objetivos «construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos», para Uruguay Néstor Kirchner nunca puede ser el candidato adecuado.
Para votar al ex presidente como titular de la Unasur, Uruguay había solicitado a la jefa de Estado de Argentina, Cristina Fernández, que se liberara el paso por el puente que une a Fray Bentos con Gualeguaychú --bloqueado hace casi dos años— y que su país procediera al dragado del río Uruguay. Como ninguna de las dos condiciones se ha cumplido, el voto será negativo. Y no se trata de revanchismos, sino de establecer posturas concretas de defensa de los intereses nacionales. Actitud que muchos compatriotas esperaban desde hace tiempo y que, por contar con el consenso nacional, se constituye en una decisión más que oportuna.