NADIE ES PERFECTO

Locales | 26 Oct (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos). Uno de los últimos sondeos, de Reuters, otorga una ventaja de 10 puntos a Barack Obama sobre John McCain, en la carrera hacia la Casa Blanca, que ya ha ingresado en la recta final, mientras en varios Estados (que han habilitado elecciones anticipadas) ya se está votando,
incluso desde el automóvil, aunque los votos recién serán contabilizados el martes 4.
Pero todavía muchos dudan de las reales posibilidades de Obama para convertirse en el cuadragésimo cuarto Presidente de esta nación. Nadie olvida que es negro y menos que este es un país que se ha pasado buena parte de su historia dividiéndose por el color de la piel.
Varios analistas indican que la discriminación por raza es tan profunda, que muchos estadounidenses ni siquiera se atreven a reconocerse como discriminatorios, por lo que en las encuestas afirman que votarán por Obama, pero que probablemente ello no suceda finalmente.
No obstante, sea quien sea electo presidente, la raza negra será protagonista. Por extraño que parezca, John McCain tiene toda una línea negra en su familia.
Hace pocos días, The Wall Street Journal publicó en su portada, una foto de una mujer, Lillie, una mujer negra, como tantos que con su trabajo hicieron la riqueza de Estados Unidos.
Lillie se apellida McCain, porque cuando concluyó la Guerra civil, su tatarabuelo adoptó el apellido de sus amos, la familia del hoy candidato a presidente, que en su granja de Mississipi tenía 140 esclavos.
Y aunque los McCain, blancos y negros, se reúnen una vez al año en el profundo Mississipi, Lillie votará por Obama, según declaró al diario de tendencia republicana. En blanco y negro, así se escribe elección presidencial. Obama, hijo de un negro y una blanca, que tenían prohibido casarse en la mitad de los Estados de la Unión hace apenas 50 anos; o McCain, blanco, conservador y descendiente de una familia esclavista, que legó a sus esclavos libertos el apellido. Cada voto se pelea a fondo, el de los blancos, el de los negros y especialmente el de los hispanos. Se estima que 9 millones de hispanos (de los 46 millones que viven en Estados Unidos) irán a las urnas y que
su voto podría ser decisivo. Obama es quien mejor se comunica con los hispanos, a los que habla en un español muy aceptable. En el último spot publicitario, que saldrá al aire mañana lunes pero que ya se puede ver en YouTube, Obama ofrece a los latinos acceso a la salud y la educación como herramientas para conseguir el «sueño americano». Mientras tanto McCain, quien obviamente también quiere el voto latino, curiosamente utiliza el inglés en sus mensajes supuestamente dirigidos a los latinos. Un error más, entre tantos.
En estos días, por ejemplo, su candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, para muchos la mejor promotora del voto demócrata, volvió a sacudir la campaña con otro escándalo entre bambalinas. McCain debió responder ante la prensa por los gastos en vestuario que Palin incurrió. «Apenas» 150.000 dólares. El pobre ex piloto de guerra se limitó a indicar que «la ropa será donada». En una nación sacudida por los problemas financieros, con un creciente desempleo y un aumento desmesurado del precio de los productos básicos, la elección del venidero martes 4 aparece como otro punto de transformación.
Los electores deberán elegir entre el «nuevo» republicano McCain o la fuerza renovadora y joven de Obama, un negro que quiere llegar a la Casa Blanca.
En 1963, frente al monumento a Lincoln en Washington, otro negro pronunció un famoso discurso ante 200.000 personas de color. Martin Luther King habló de su sueno de igualdad y fraternidad, tras demasiado tiempo de segregación.
Obama bien puede ser quien haga realidad ese sueño, en definitiva una versión del sueño americano.
¿Está Estados Unidos preparado para tener un presidente negro? No será necesario esperar mucho tiempo para saber la respuesta.