Paysandú, Miércoles 29 de Octubre de 2008

Opiniones

La voz del público

Locales | 22 Oct ¿NADIE CONTROLA NADA LOS FINES
DE SEMANA EN PAYSANDÚ?
Este sábado salí a pasear en auto con los mellis, aproximadamente entre las 18 y las 20.
Decidí ir a la costanera que es uno de los lugares con grandes espacios verdes y con una hermosa vista del río, que aunque un poco crecido siempre es lindo ver un atardecer en esa zona.
Me encuentro que en el Parque Guyunusa había un encuentro de motoqueros, perfectamente organizado con un montón de gente disfrutando del espectáculo y de algo que solo se ve una vez al año.
En un lugar cerrado pero amplio se veía que era un evento muy bien hecho de tal manera que no molestaba para nada a la gente, que a esa misma hora circula por ese mismo lugar y nada tiene que ver con los motoqueros.
Pasé de largo y me fui hasta la costanera Norte pasando Antonio Estefanell. Ahí me instalé con los niños, a los cuales liberé en el pastito verde que está impecable y que a esa hora era un disfrute gracias al clima, que ayudaba mucho.
Bastaron unos minutos para que apareciera en ese lugar un tipo con un cuatriciclo con motor a grandes velocidades, como si estuviera corriendo una carrera, haciendo curvas que lo dejaban en dos ruedas, acelerando, frenando, haciendo picadas, etcétera.
Al rato otro señor más en la misma actitud.
Un peligro para el resto de la gente que estábamos en ese lugar.
Al rato otro tipo a caballo a mejor estilo Maroñas que pasó cerca de donde yo estaba con los nenes y me despeinó los pocos pelos que tengo.
Otro peligro para mí y para los que estábamos tomando mate y disfrutando de un lugar de paseo.
Enseguida un señor en una moto de cross también a altas velocidades, atravesando el terreno entre medio de los autos y de las personas que ahí estábamos.
Otro peligro.
Luego por la calle que va rumbo al puente, de tan rápido que iba no logré ver si era hombre o mujer lo que pasó en una moto de gran cilindrada que metía un ruido impresionante.
Obviamente, a los pocos minutos pasó nuevamente de regreso, esta vez uno o dos kilómetros menos veloz que cuando pasó de ida. Además de peligroso para los que andan corriendo, caminando, en bicicleta o en lo que sea, este piloto de motos no llevaba casco ni ningún tipo de protección.
Como si todos estos peligros fueran pocos, en un abrir y cerrar de ojos me vi rodeado de personas que llevan sus perros de gran porte y los sueltan a pocos metros de donde, como dije antes, estábamos los que vamos a pasear y disfrutar de un hermoso día en la costanera.
Las mascotitas eran rottweiler, boxer, pastor alemán, etc. nunca un pequinés, un salchicha o el clásico barbilla. Todos sueltos, sin correa, algunos con collar, pero de patente de perros ni hablar…
A lo mejor eran más buenos que Lassie pero por las dudas subí los mellis al auto y me fui rumbo al puente como para dar una vueltita y volver a casa.
Hago unos metros y me encuentro una carrera de motos de cross en la misma zona donde vamos todos a pasear y tomar mate con la patrona y los nenes. Los tipos habían armado un circuito y estaban corriendo así nomás para un público que vio movimiento y se arrimó a ver.
Faltó cobrar entrada, el puesto de chorizos y listo, espec- táculo completo.
Obviamente sin casco, sin protección ninguna, entreveradas motos grandes con motos chicas, jóvenes, niños y adultos, todo junto, eso es lindo.
Ni una ambulancia, ni un móvil policial, ni un móvil de policía caminera, ni un inspector de transito, ¡nadaaaaa!
Nadie cortaba el tránsito, nadie cuidaba nada de nada.
Fui hasta el puente y retomé rumbo al sur.
La cereza de la torta la puso un tarado que salió del parque Guyunusa en su Honda Ninja y pasó ante mi y se fue entre los autos a gran velocidad rumbo al obelisco. Demás está decir que iba sin casco ni nada y que en una zona donde andamos todos entre 20 y 40 kilómetros por hora, el tipo iría a entre 70 y 80.
De lunes a viernes los que andamos en la ciudad trabajando nos tenemos que poner el cinturón de seguridad y prender las luces aunque hagamos una cuadra porque si nos agarra un inspector de tránsito nos faja con la multa.
Si andamos en moto, el casco es sagrado.
Los fines de semana en la costanera se ve todo esto que acabo de relatar.
Sobran todos los comentarios que yo pueda hacer. Más bien cuento todo esto a modo de denuncia y espero que se tomen medidas y que los que nos acosan de lunes a viernes con la libreta de multas y la lapicera en la mano también la usen los fines de semana, para control, para que se cumplan las leyes y todos podamos estar tranquilos, en los lugares públicos que son para estar en familia y tranquilos.
Así no tendremos que andar cuidándonos de unos locos que andan a caballo, en vehículos a gran velocidad o que sueltan perrotes que pueden lastimar a alguien. Fermín Barboza


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