Opinion | 25 Oct El piquete del Gualeguay chú sale cada tanto de su letargo. Ahora son los propios argentinos los que parecen no estar dispuestos a admitir este bloqueo ilegal a la circulación vial desde y hacia Uruguay. Hace un par de meses Salvador Rossetti, un abogado jubilado, logró que la Justicia obligara a los asambleístas a dejarlo pasar, y ahora —según información de prensa— cuenta con el respaldo de unos 500 automovilistas para cruzar en caravana hacia Uruguay levantando el bloqueo del piquete de Arroyo Verde.
El abogado, de 79 años, reiteró que el corte de la ruta le da «vergüenza» como argentino y quiere ejercer el derecho de recuperar la libre circulación por los espacios públicos. Dijo que «los asambleístas destrozaron familias y llevaron empresas a la quiebra» y negó que fueran ambientalistas, ya que en Guale guaychú hay empresas contaminantes frente a las que nada hacen.
Obviamente que quienes mantienen el piquete han declarado poco menos que la guerra a Rossetti y algún dirigente aventuró que por más orden judicial que lleve por ahí no pasará más.
Y los dos bandos están preparando su estrategia. La caravana tendrá una primera columna de vanguardia con 33 automóviles (en memoria de los 33 Orientales) con Rossetti a la cabeza, que tendrá por finalidad «romper el bloqueo y despejar la ruta», mientras que también habrá equipos de seguridad, integrados por cuatro vehículos con «gente capacitada» y ocho perros Rottweiler. Los organizadores de la caravana anunciaron que llevarán también médico y mecánico y hasta un equipo para que limpie la ruta de los clavos «miguelitos» que estiman que les van a poner....
«Decidimos no llevar armas: los perros van a cumplir una función disuasiva y defensiva», señalaron los organizadores. Menos mal, porque si con lo que llevan parecen prepararse para la batalla, no es difícil imaginarse qué pasaría si llevaran armas. Parece cosa de película, pero no, no es ficción. Lamentablemente a estos extremos han llegado las cosas. Los ánimos vuelven a caldearse en la frontera y esta vez es entre argentinos. Mientras, su gobierno sigue haciendo la vista gorda en un tema que ya no da para más y que en cualquier momento puede generar desagradables consecuencias entre sus propios ciudadanos.