Historia: 1899

Locales | 30 Oct La prohibición de usar «pomitos» en los festejos de carnaval provocó muchas protestas en diversos sectores de la sociedad. Una muestra clara de dichas manifestaciones es la siguiente nota publicada el 15 de agosto de 1899 por el periódico sanducero «El Obrero»:
«Los pomitos en carnaval - Solicitud del comercio y de los aficionados»
«Aunque el carnaval está lejos, ya se están haciendo trabajos para restaurar el juego de pomitos. A eso tiende una solicitud que varios comerciantes dirigieron al Ministerio de Gobierno pidiendo la derogación del decreto que ha prohibido aquel juego».
«La solicitud, si no triunfa, no será por falta de argumentos. Empieza por demostrar que los inocentes pomitos, sobre todo los de pequeña medida, nunca han sido capaces de provocar una riña, y que su uso lejos de ser nocivo e inconveniente, sirve, ya sea para suplir un colirio si el contenido cae en los ojos, ya para sustituir a un delicado perfume si se contenta con derramarse en las ropas».
«Si la parte higiénica y estética del uso de los pomos no ofrece inconvenientes, según la referida solicitud, la parte industrial y financiera sólo ofrece ventajas. Entre la capital, la campaña y la provincia de Río Grande se consumen fácilmente cada carnaval 300.000 docenas de pomitos que, como quiera, dan al fisco unos $ 20.000 de derechos, y favorecen una multitud de industrias nacionales».
«La venta de los pomitos da ocupación a una multitud de muchachos durante una buena parte del año, lo que no deja de ser un alivio para muchas familias».
«Y cuando el carnaval ha concluido y los pomitos parecen haber concluido su misión todavía surge un nuevo comercio con sus restos; el aprovechamiento de su estaño, realizado por las clases más menesterosas, que como quiera, monta a unos cuarenta a cincuenta mil kilos, y que vendidos a los precios más ínfimos a los industriales que aprovechan siempre podrían dar un resultado de unos $ 10.000 limpios de polvo y paja».