Opinion | 30 Oct Las lluvias que han caído esta primavera, así como el aumento de la temperatura no solo han hecho crecer desmesuradamente el pasto en nuestros fondos y las plantas en los jardines, sino que también multiplican las posibilidades de reproducción los mosquitos. Y, en este sentido, es oportuno recordar la necesidad de no olvidarnos de los cuidados básicos preventivos para cortarle el ciclo al mosquito transmisor del dengue.
Como se ha dicho reiteradas veces, el aedes aegypti es difícil de combatir, con hábitos urbanos, un mosquito cómodo y limpio que como vuela poco viaja de polizonte en los vehículos y busca objetos de paredes rígidas y agua limpia para depositar sus huevos. Ese es el identikit básico de este enemigo que azota con virulencia varios países latinoamericanos y que convive con nosotros, aunque es bueno aclarar que en nuestro país no se han producido aún casos de dengue autóctono. No obstante, estamos prácticamente rodeados, porque hay dengue en Brasil, Paraguay y Argentina.
Hasta ahora la resistencia uruguaya ha sido lo suficientemente buena como para evitar que el dengue se nos acerque, pero las trincheras son débiles. Por eso, no debemos descuidar la prevención. Y esto significa quitar de nuestros patios y fondos cualquier objeto inutilizado que se encuentre a la intemperie y pueda acumular agua. Y esto vale tanto para las latas como para las tapitas de refresco.
Cabe señalar que los huevos de este insecto pueden sobrevivir hasta un año y resistir a los insecticidas gracias a una película protectora que los envuelve y que se forma en las primeras quince horas después de haber sido puestos.
Su alta resistencia a ambientes hostiles —incluso en lugares secos y sin agua— hacen que puedan esperar pacientemente las lluvias de la primavera y el verano siguiente para nacer. Por eso, lo más efectivo para combatir el dengue es la prevención. Cortémosle el ciclo al mosquito.