RAMÓN SILVERA

Deportes | 04 Nov Ramón Silvera no ocultaba una lógica emoción. Porque llevar a Juventud Unida a lo más alto del fútbol sanducero no se da todos los días; es más, se vivió la experiencia por primera vez. Silvera saludó a la tribuna luego de derramar algunas lágrimas ante la emoción vivida tras el último penal, el que tiñó el Honor de color verde rabioso. Saludó a los suyos, se fundió en un abrazo con jugadores, ayudantes y dirigentes y ofrendó su corazón a la hinchada, que aplaudió las señas que llegaban desde el terreno de juego.
Pero la emoción de haber entrado en la historia de Juventud Unida debe haberse transformado en orgullo en lo más profundo del técnico, que pudo finalmente acallar aquellas voces que tildaban de perdedor al entrenador.
«Estoy totalmente conforme con lo nuestro a lo largo del año. Llevamos 12 partidos sin perder, algo que en el fútbol de Paysandú es bastante; tenemos la delantera más goleadora y la defensa menos vencida. La estadística nos marca también que perdimos algunos puntos en forma medio dudosa, porque de lo contrario hubiéramos peleado el Acumulado», aseguró el entrenador apenas finalizado el partido.
«Pero son cosas que se fueron dando a medida que transcurrían las fechas y el equipo iba creciendo, e íbamos sumando algunos jugadores como Jorge o Saavedra, mientras el equipo tomaba más identidad futbolística y automatización en el juego. Nuestra cancha no nos permite realizar el fútbol que queremos hacer en el Estadio (Artigas), pero hacemos el intento de tener la pelota, de tocar aunque pique mal. Siempre intentamos ser protagonistas», agregó.
Silvera dijo estar orgulloso de haber entrado en la historia del club. «Era una de las metas que nos habíamos trazado con un puñadito de dirigentes y de jugadores, y con la hinchada que cada vez es más numerosa. Es más grande porque hemos formado botijas hinchas del club, les dimos la chance de jugar y fueron más de 40 jugadores que utilizamos en Primera. El club ha crecido mucho, el espacio queda chico porque la convocatoria en el barrio es importantísima y estamos con los directivos tomando recaudos para darle más posibilidades a la gente», señaló el entrenador.
Silvera agregó que «a los clubes los hacen grandes los directivos, jugadores e hinchada. Dana (Correa, la presidente) no tiene que envidiarle nada a nadie, ha sido un baluarte a la hora de ejecutar cosas, que es lo más importante. Porque muchos escriben ideas y después le ponen proyectos; yo tengo 600 pero ninguna es proyecto, porque hay que ejecutar las cosas. Ha sido un sacrificio tremendo para este cuadro, que seguirá creciendo seguramente con la colaboración de todo el barrio, que es el más lindo de Paysandú».
El técnico se sacó las ganas también en lo personal. «Desde mañana (ayer) voy a empezar a contar las ganadas, porque a las ganadas mías no las cuenta nadie. Te cuentan las perdidas. Y sí, tengo cinco, seis, siete u ocho finales perdidas, pero hemos llegado. Hemos perdido finales importantes pero he ganado una cantidad, de lo que los desmemoriados del fútbol se olvidan: pero con esta tengo 36», dijo entre sonrisas. STB