Locales | 31 Oct Buscando sensibilizar a la población sobre los niños en situación de calle y su problemática, el programa Amanecer de Gurises reunió a autoridades y representantes de diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajan a favor de la niñez y adolescencia que, debido a la pobreza y falta de contención familiar, opta por permanecer en las calles.
La mesa estuvo integrada por la jefa departamental de INAU, Mónica Innella, el intendente Julio Pintos, Adriana Imperial de Promoción Social de la comuna, el inspector departamental de Primaria, Heriberto Ghibaudi, el comisario inspector Onix Lima, de la Jefatura de Policía de Paysandú, el doctor Ricardo Fleitas, del Ministerio de Desarrollo Social, Isabel Ressio de la Dirección Departamental de Salud, y Beatriz Olivera y Olga Flores, de la Asociación Cristiana de Jóvenes.
La maestra Olga Flores, coordinadora de Amanecer de Gurises, instó a «transitar por el camino de hacer juntos. Cuando estamos hablando del programa, el único que trabaja con los niños, niñas en situación de calle, está necesitando la participación de toda la sociedad», dijo antes de la presentación de un audiovisual sobre los objetivos del programa.
Luego, señaló que se lograrán «los cambios que estos niños necesitan, si realmente nos involucramos, si estamos integrados en una sociedad que practique estos valores: organización, respeto a la diversidad, solidaridad, y justicia».
La jefa departamental del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, asistente social Mónica Innella, recordó que el proyecto nace en 1999 para atender la situación de los niños en situación de calle. Inicialmente se trabajó en convenio con Unicef y posteriormente con INAU, para la atención en tiempo parcial de niños con abordajes en calle y sede.
Destacó que el convenio con ACJ fue para INAU un pilar fundamental a efectos se sostener el proyecto. «Es un tema de difícil abordaje, el cual va variando a diario, el por qué de los chiquilines en la calle. Si bien desde ese momento se ha atendido, la situación ha ido variando, la situación de los chiquilines es diferente. Nos encontramos hoy trabajando con un grupo de cinco operadores de calle, actividades en la sede, donde vienen los chicos a tener actividades tanto educativas como recreativas», ubicada en la sede de Ituzaingó 1153, afirmó. Resaltó el apoyo de la Intendencia y del Ministerio del Interior, y fundamentalmente de Primaria, «porque uno de los objetivos fundamentales es la integración de estos niños a los centros educativos», dijo.
CAMBIAR LA SITUACIÓN
Por su parte, el inspector departamental de Primaria, maestro Heriberto Ghibaudi, señaló que en esta problemática es importante «ir cambiando todos la tónica en cuanto a no pensar quién es el que se hace responsable, sino pensar que todos somos responsables. Es cambiar la situación». Indicó que desde las escuelas se debe pensar en niños como tales para actuar con ellos pero junto a otras instituciones, y que se hace necesario que los maestros extiendan una red cada vez mayor para mejorar la situación de los niños.
Destacó además la necesidad de tener humildad: «Creo que cada uno tenemos que pensar que hay cosas que no sabemos cómo hacer, situaciones que no sabemos cómo enfrentar, y nos tenemos que poner manos a la obra, y desde allí pensar que este camino no es muy fácil. Es un camino difícil y lento».
En tanto, el doctor Ricardo Fleitas del Mides, destacó «la mirada interinstitucional» a la problemática y también el desarrollo de acciones concretas. «Hemos realizado a través de los diferentes programas y de coordinaciones, acciones concretas que protegen la situación de muchos niños, niñas y adolescentes, y hemos dado énfasis en la capacitación de los recursos humanos», dijo.
El intendente Julio Pintos señaló que «la presencia de niños en la calle es un problema que angustia a nuestra población. Creo que tenemos que tener un discurso bien responsable. No importa el lugar que ocupemos o lo que hayamos hecho, en alguna medida tenemos responsabilidad en ser parte del problema y tenemos una gran responsabilidad en ser conscientes de que tenemos que ser parte de la solución», agregó.
Dijo que la representación en la mesa indica la complejidad del tema. «El problema de un niño en la calle no se resuelve de una sola manera, hay que articular un conjunto de soluciones y de políticas para atender la complejidad de las causas que ese problema tiene», afirmó. Acotó que «todo lo que el niño vive en esta etapa termina de condicionar y de definir su futuro».
Por su parte, Adriana Imperial recordó que cuando se conformó la Comisión Departamental de Infancia, a partir de 2005, se debieron aunar criterios para trabajar. Señaló que lo importante es el niño, pero la problemática debe ser abordada desde la familia y la comunidad.
Indicó que desde Amanecer de Gurises se trabaja directamente con los niños en la calle, mientras que en otras instituciones lo hacen con la familia, para que ésta lo pueda recibir y contener, y una comunidad le brinde actividades culturales, deportivas y barriales. Resumió las distintas acciones que se realiza desde la Intendencia en beneficio de la infancia en situación de calle.
SIN ESPERANZAS
Teresa Milano y Clara Bentos, operadores del programa que trabajan directamente con los chicos, hablaron de la situación de los chicos y qué los lleva a preferir estar en la calle que en sus casas.
«En el trabajo diario constatamos que son personas que han perdido la esperanza de una vida sin privaciones, que no creen que haya un mundo distinto, que los integre de un proyecto colectivo, y que no creen que haya una alternativa para salir de esa situación», dijo Milano. Afirmó que son niños y adolescentes que no tienen condiciones de vida digna, que «es muy difícil armar un proyecto de vida». Bentos entiende que se dificulta la comprensión de la situación porque todos juzgan de acuerdo a sus valores y situaciones personales».
Visiblemente emocionada, Flores finalizó la reunión exhortando a todos a colaborar «para que los niños vivan mejor», y solicitó a los medios de comunicación que sean «la educación no formal que esta sociedad uruguaya tenga como herramienta para cambiar y entender el cambio cultural que necesitamos para que estos gurises tengan un lugar, una sociedad».