Paysandú, Viernes 07 de Noviembre de 2008

Hay múltiples causas y la solución pasa por higiene y responsabilidad en el hogar

Locales | 02 Nov La gastroenterocolitis es causada por gérmenes que normalmente se contagian por contacto con objetos que se comparte, como toallas, vasos, cubiertos o agua. De ahí que la principal recomendación médica es la prevención: lavarse bien las manos en todo momento, y particularmente en el manejo de alimentos, así como usar utensilios individualmente. Las comidas al aire libre o el contacto con moscas o mosquitos favorece el contagio de la gastroenterocolitis.
Los síntomas de esta afección suelen ser dolores en el abdomen, náuseas, diarrea, fiebre y cefaleas o dolor de cabeza, aunque no necesariamente deben darse todos a la vez.
INFECCION DEL
TUBO DIGESTIVO
El término gastroenterocolitis remite a tres zonas del cuerpo: el estómago (gastro), el intestino (entero) y el colon (colitis). Se trata de una infección del tubo digestivo que puede ser producida ya sea por virus, bacterias o parásitos. La mayoría de los casos sucede cuando se ingieren alimentos o bebidas contaminados por esos microorganismos. Los síntomas son bastante elocuentes: diarrea, vómitos, dolor abdominal, retortijones, hinchazón de abdomen y sensación constante de ganas de ir al baño. El número de deposiciones diarias varía según la persona y el germen, pero puede ir de cuatro a más de diez veces. Una vez desarrollada la enfermedad, el mayor riesgo es la deshidratación, sobre todo en los primeros días de infección, que combinan vómitos y diarrea. Debe consultarse al médico para parar los vómitos y —en caso que la haya— bajar la fiebre, tomar mucha agua y esperar tres o cuatro días, aunque a veces la bacteria puede permanecer semanas en el cuerpo hasta su desaparición. Sin embargo, los casos que se pueden dar en niños, sobre todo los menores de un año, deben ser atendidos lo más rápido posible, por el peligro de la deshidratación, ya que pueden perder hasta el 10% de su peso en un día. Es particularmente preocupante el caso que se puede dar por no contar con agua potable certificada, falta de saneamiento y poca higiene.
LAS TOXINAS ALIMENTARIAS
Esta enfermedad también puede darse por infecciones con toxinas alimentarias, como la salmonelosis a partir de mayonesa. Generalmente hay problemas por falta de cocción suficiente del alimento, mantenerlo a temperaturas inadecuadas y la falta de higiene al cocinarlo o manipular los elementos.
En caso de tener estos síntomas, debe evitarse la ingesta de café, chocolate, alcohol, verduras ricas en fibras como espinaca o acelga, las bebidas gaseosas que contengan azúcar, el pan, los fritos, los tucos y los lácteos en general. Es bueno incluir en la dieta arroz, agua sin gas, grisines o galletitas al agua, polenta, pollo sin piel, zanahoria. Hay que tener especial atención con las salsas elaboradas con huevo, el pescado y el marisco, con los alimentos que se venden sin control sanitario o en lugares ambulantes, con el agua no suficientemente tratada y los productos que permanecen un tiempo sin refrigeración, perdiendo la cadena de frío. Esto es fundamental, sobre todo en días de calor cuando se hacen las compras y se demora en colocar los alimentos en la heladera. Una conversación en la esquina, estacionar el auto «por un rato» al rayo del sol, son potenciales peligros para la calidad del alimento.


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