Locales | 09 Nov Al menos tres automóviles y una moto sufrieron desperfectos la noche del viernes al chocar con el cordón que bordea la placita frente al «barquito», en la Avenida de los Iracundos y Andresito.
No se trató de conductores distraídos, sino que el agua del río Uruguay, que ingresó a la calle por las bocas de salida de pluviales que hay en la misma calle, tapó esa parte del cordón, y en la semiclaridad de la tardecita o en la casi oscuridad de la noche –porque no hay luces directas allí- dos automovilistas montevideanos y uno sanducero, más un motociclista, golpearon contra el cordón sumergido.
«El primero que chocó era de Montevideo, y hasta rompió la llanta. No pasaron 10 minutos y otro auto de Montevideo también chocó, y al rato un auto de acá. Eran tres autos rotos y después le tocó a una moto, y el conductor se dio un gran golpe, voló para adelante y cayó al agua, pero por suerte llevaba casco», contó a EL TELEGRAFO Jorge Arias, testigo ocular de los hechos y quien socorrió a los accidentados.
ACÁ NO ES, PERO ¿DÓNDE?
Arias llamó al 911 para comunicar a la policía que ese problema estaba significando un peligro potencial.
Allí le dijeron que no era un tema para esa emergencia, y que tenía que llamar a Prefectura, por lo que decidió comunicarse con quien tiene jurisdicción en la costa.
Allí le dijeron que debía llamar a la Dirección de Tránsito de la Intendencia, «pero en el número que me dieron no atendieron, y la cuestión es que nadie se hizo cargo, no apareció nadie».
Dijo que al rato «apareció un hombre alcoholizado que sin embargo hizo algo productivo, porque encontró una cinta amarilla de no pasar, que consiguió por ahí, la empezó a añadir y lo atamos entre dos columnas. Nosotros cortamos el tránsito, y después la gente empezó a doblar, porque si no quien sabe cuántos accidentes hubiesen habido, sobre todo de noche con las motos. Y nadie se hizo cargo».
Ayer sábado a la noche, la situación era la misma y alguien puso un trozo de madera como marcando dónde está el cordón –bajo agua- pero lo único que advierte es la cinta amarilla «atada de a pedazos».
El entrevistado estaba preocupado además por la imagen que da Paysandú al turista en estas circunstancias, «porque fomentamos que vengan pero después no los cuidamos. Yo estuve trabajando en Salto en el sector turístico y esto allí no pasa».
Una de las preocupaciones que surgen o deben surgir, no solo al ciudadano preocupado sino a la comunidad, es ¿quién se hace responsable de señalizar las calles en estos casos? El río Uruguay está crecido desde hace varios días; hay un Comité de Emergencia que no solo debe encarar problemas de inundación de viviendas, sino los inconvenientes que estos eventos extraordinarios ocasionan y debería considerarse desde la autoridad que corresponda la vigilancia y señalización de las vías de tránsito para evitar estos problemas, que afortunadamente no llegaron a mayores.
TAMBIÉN FRENTE A CARU
En la zona de ingreso a Paysandú, viniendo desde el puente internacional y a unos metros de la sede de Caru, el problema era similar.
Testigos afirmaron a EL TELEGRAFO que la noche del viernes la calle no estaba cerrada al tránsito, pero ya se encontraba completamente inundada, como muestra la foto.
En este caso, hubo vehículos que tomaban la bajada por la costanera rumbo a la ciudad, y terminaban adentro del agua, dado que el reflejo superficial de la luz de los faros sobre el espejo de agua la hace casi invisible en la noche. Por fortuna el inconveniente fue más que nada un susto y en algún caso que se apagara momentáneamente el motor, pero podrían haberse dado otros problemas personales o mecánicos, en caso de un vehículo que entrara a mayor distancia y eventualmente quedara con el motor sumergido.
En este caso también fallaron los controles de tránsito, y además en la zona donde se promueve el ingreso de turistas, precisamente.