Paysandú, Miércoles 12 de Noviembre de 2008
Rurales | 09 Nov La asociación entre la siembra directa y el glifosato revolucionó la agricultura a partir de la década anterior y fue fundamental para el segundo auge de los cultivos de soja, que parece más persistente e intenso que el ocurrido en la década del ‘70.
El herbicida glifosato, absorbido por las hojas de las malezas, es de amplio espectro y no es selectivo. La baja toxicidad y la rápida disolución del glifosato colaboraron a su acelerada y amplia utilización, tanto en las plantaciones de los eventos de soja transgénica que lo resisten, como para desmalezar chacras antes de sembrar otras especies.
Sin embargo, en los últimos años se comprobaron algunos casos de resistencia de malezas al herbicida que al parecer, desarrollaron sistemas de defensa contra la eficacia del glifosato. Es un fenómeno similar a la resistencia que han desarrollado muchas bacterias frente al uso masivo de antibióticos. Esos casos de resistencia han sido registrados a nivel mundial incluyendo el Cono Sur. La situación determinó que INIA La Estanzuela organizase un seminario-taller internacional sobre el tema «Viabilidad del glifosato en sistemas productivos sustentables». Se realizó de lunes a jueves de esta semana en la ciudad de Colonia y participaron técnicos y empresas de Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos y España.
Conexión Tecnológica establece que los objetivos del encuentro fueron caracterizar el riesgo en el uso del herbicida, conocer los factores determinantes de la eficiencia del glifosato, analizar los mecanismos involucrados en la resistencia y los factores de predisposición a través de las situaciones diagnosticadas en distintos países, evaluar la visión de las compañías de agroquímicos ante este problema e implementar acciones comunes para las naciones participantes.
Uruguay no escapa al problema y también aquí se han registrado casos que permiten suponer que empieza a haber plantas con diferentes grados de resistencia al glifosato. El INIA, la Facultad de Agronomía y empresas privadas han realizado estudios en los que se concluye que la aparición de especies de plantas resistentes al glifosato es previsible en los establecimientos donde hace más años que se utiliza la siembra directa.
Esto determina riesgos para la productividad y la rentabilidad de los cultivos e incluso condiciona la viabilidad de la tecnología, según opinan los autores de esos estudios.
Desde 2005 se relevaron chacras, en invierno y en verano, en las que se practicó la siembra directa en períodos de 2 a 13 años. Se buscó caracterizar las comunidades florísticas, determinar su diversidad y diagnosticar los posibles cambios en su composición. Se concluyó que la abundancia de las comunidades florísticas se mantiene con independencia de la rotación de cultivos y herbicidas, de la secuencia de las aplicaciones y de los volúmenes de glifosato empleados, y que las inspecciones periódicas de malezas en los establecimientos sirven para controlar su evolución. Al respecto, se asegura que estos relevamientos constituyen un instrumento clave para preservar la sustentabilidad de la siembra directa y la viabilidad del empleo del glifosato. Se estima que con la tecnología usada actualmente, en el corto plazo pueden darse inversiones de flora hacia especies tolerantes al herbicida, en tanto en el largo plazo se agregaría el peligro de ocurrencia de resistencia de malezas.
El riesgo mayor se avizora con Lolium multiflorum, un raigrás espontáneo con mucha producción de semillas, con sucesivas emergencias en otoño, invierno y primavera. Se la considera la especie de ciclo invernal con mayor presencia en las chacras del Litoral en las que se practica la siembra directa. En estudios realizados en varias chacras, con diferentes dosis, se advirtió la necesidad de mayores volúmenes en un campo que era pastoreado, y en una de las chacras se observó la supervivencia de pequeñas plantas del raigrás espontáneo, a pesar de que allí se aplicó la mayor cantidad de glifosato. Esto planteó la necesidad de continuar la evaluación y de estudiar las medidas que impidan el crecimiento de la población resistente. Por otro lado, se comprobó que en verano la especie con mayor presencia en chacras en las que se realiza siembra directa y se usa glifosato es Digitaria sanguinalis, una gramínea también conocida como pasto cuaresma o guarda rocío.
De todas formas, en ese seminario de Colonia se estimó que en Uruguay se trabaja correctamente, y que la preocupación debe centrarse en hacer un buen uso del glifosato, como forma de evitar la aparición de malezas resistentes.
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