Locales | 09 Nov Fue inaugurado ayer el nuevo hotel «El Jardín», en Montevideo 1085, que presenta la calidad y calidez de lo que fuera durante tantos años la residencia de la señora Olga Waskman de Romero, espíritu que sin dudas trasciende la mera oferta hotelera de alto nivel.
Marcelo Romero, al frente del clan familiar responsable de esta concreción, señaló su satisfacción por lo realizado, sin dar mucha trascendencia a la categoría del hotel y apostando a que «eso lo establezca la gente que aquí se hospede. De hecho la inauguración obedece al pedido de una dama, hija de un amigo íntimo recientemente fallecido, quien deseaba pasar aquí su luna de miel y, precisamente, se casa hoy».
Dispone de nueve habitaciones pero está en marcha la construcción de otras seis, por lo cual quedará finalmente con capacidad de 15 habitaciones; el equipamiento y la decoración ha sido realizada a pleno –pantalla plana de TV, aire acondicionado y otros detalles ornamentales- un servicio de habitación de primera, garaje propio apenas cruzando la calle. O sea que la estructura como el servicio general ha sido preparada para brindar lo mejor al pasajero en cuya estadía se incluye servicio de desayuno y bufete.
«Lo hicimos todo con empresas y materiales de Paysandú, con la alegría de haber encontrado tanta gente que nos apoyó», agregaría en su mensaje a los invitados. «El jardín que le da nombre al hotel, que era el de mi madre, reafirma el concepto buscado de conservar el medio ambiente. Pero también el uso de lamparillas de bajo consumo y calefacción del agua, paneles solares adquiridos en Paysandú, determinan que sea un hotel ecológico, porque hasta los desagües de los split están regando el jardín».
«Esta es la casa y el barrio en que viví, con sus vecinos, que siempre quise que fuera la ‘casa de todos’, que las amigas de mi madre –añadió Marcelo- vuelvan a tomar un té o arrancar una flor del jardín».
«Justo es que señale que en este emprendimiento no he estado solo, sino que con el impulso del espíritu de mamá Olga, hemos trabajado codo a codo con mi señora María Beatriz Vercellino y nuestros cuatro hijos: Martín, quien por exámenes hoy está en Montevideo, Juan Ignacio, Joaquín y Manuel», agregó.
Las inversiones reales
son sanduceras
El intendente de Paysandú, Julio Pintos, felicitó a la familia Romero-Vercellino «por este emprendimiento concretado para Paysandú. Realmente son las cosas que a uno lo ponen contento y expresan una filosofía de vida y de trabajo que nosotros tratamos de llevar adelante».
Aseguró que todo lo vinculado a las inversiones productivas «no es una tarea fácil y requiere de mucho esfuerzo y convencimiento que sin dudas tuvo Marcelo, que lo animaron a llevar adelante este hermoso emprendimiento que vimos no le falta ningún detalle».
«Está realizado con una calidad impresionante, desde el diseño arquitectónico hasta el gusto de la presentación».
Pintos admitió que «el turismo es un sector que en Paysandú está poco desarrollado y nos cuesta generar cosas importantes para poder afirmarlo».
«Realmente hemos recibido en la Intendencia –la mayoría de las veces por suerte no- a decenas de personas que han venido a plantearnos inversiones ‘mágicas’ que apenas se zarandean quedan en la nada».
«Pero la realidad es que los únicos que están apostando a hacer cosas en nuestro departamento, es Marcelo (Romero), es el grupo del Gran Hotel Paysandú, que junto a algunos socios argentinos llevan adelante un emprendimiento importante».
«Quizá porque la sociedad sanducera está logrando recoger e interpretar aquellas cosas que vienen de generaciones anteriores y que hicieron a Paysandú lo que es, donde siempre hubo gente con capacidad para emprender cosas en beneficio de todos».
El intendente comprometió también que «desde nuestro lugar vamos a apoyarlos en todo lo que podamos y si algo falta o no se hace bien, estaremos para recibir las críticas, pero es fundamental que no se pierda este espíritu emprendedor».