Locales | 10 Nov La construcción y reparación de barcos en Uruguay está acotada al dique seco y astillero de la Armada Nacional –reabierto en 2006 para construir dos barcazas para Botnia—y el astillero que tiene la empresa Tzakos en el puerto de Montevideo.
La demanda de construcción de buques ha crecido en los últimos tiempos, puesto que la Hidrovía tiene un déficit de 900 barcazas para transportar su producción y evitar que ésta salga hacia puertos chilenos o brasileños, como está sucediendo. Brasil, en tanto, no da abasto con sus necesidades navales y ha realizado pedidos a astilleros argentinos y chilenos, ya que sólo Petrobras necesita unas 90 nuevas embarcaciones.
Ante los miembros de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Representantes, el director general de material naval, contralmirante Alberto Caramés, explicó recientemente lo «curioso» del estado actual de situación, ya que el dique de la Armada tiene entre 50 y 60 pedidos de embarcaciones privadas para ser reparadas, y la posibilidad de que la española ENCE le encargue la construcción de entre 8 y 10 barcazas para transportar su producción de celulosa por los ríos Uruguay y de la Plata a partir de 2010. Para atender esa demanda se necesitarían 120 cargos para obreros con distintos oficios, pero el Ministerio de Economía habilitó la ejecución presupuestal de apenas veinte, según informó el jerarca a La República.
Tanto Caramés como el ingeniero Aguirrezabala, gerente de Tzakos, se mostraron muy optimistas en cuanto al futuro de esta industria y coincidieron en señalar que a corto plazo se necesitarán más astilleros.
Como dato ilustrativo, informó Caramés que el costo de fabricación de barcazas como las construidas para Botnia oscila entre los 800.000 y 1.300.000 dólares y los remolcadores –una embarcación bastante más compleja— se comercializan a unos 4 o 5 millones de dólares.