Opinion | 12 Nov La conjunción de tres empresas —una de ellas de Paysandú— en un clúster con vistas al montaje de un astillero que permita tareas de construcción y mantenimiento de embarcaciones de menor porte, incluyendo barcazas, revela que la logística aplicada a la producción es factor de desarrollo no solo focalizado en los sectores directamente involucrados, sino también por la infraestructura de apoyo a las actividades que dinamiza.
No estamos ante un descubrimiento, por supuesto, en un tema que es tan viejo como el mundo mismo, pero como en otros casos —la forestación es uno de ellos— los uruguayos y en particular los sanduceros tenemos oportunidad de pasar de lo abstracto a una realidad que podemos comprobar todos los días.
Y lo que es aún más importante, estamos ante proyectos que significan inversiones que están por encima de lo coyuntural y de los vaivenes de la economía y el mundo financiero internacional.
Así, la riqueza forestal seguirá atrayendo la inversión de la industria de la celulosa y del papel, como así también de aserraderos, mueblería y contrachapados, porque en el mediano y largo plazo se mantendrá y aún acentuará la demanda de materia prima, como así también en las producciones agrícolas y las energías renovables, ante un mundo que depende como nunca de los recursos naturales.
Mejor aún, la logística de las producciones de la región, de gran volumen y bajo valor relativo, como la propia madera, los granos, el mineral de hierro, entre otros, requiere de un transporte barato como el fluvial para movilizar las cargas a través de las grandes carreteras naturales que son los ríos, en lo que nuestro subcontinente tiene además grandes ventajas comparativas.
La hidrovía Paraná - Paraguay y su enlace con la del río Uruguay es la salida natural de estas producciones hacia puertos de ultramar como el de Nueva Palmira y el propio Montevideo, y es así que en los últimos años el aumento del volumen de cargas ha sido arrollador, desde que año a año se suman millones y millones de toneladas a las transportadas el año anterior.
Ocurre que la demanda ha superado abiertamente la disponibilidad de barcazas en la hidrovía, lo que por un lado ha encarecido los fletes y creado a la vez un nudo gordiano para la producción de una vasta región, que ante necesidades logísticas ha debido buscar alternativas y por ende afectado la competitividad de parte de esa riqueza para su acceso a los mercados de ultramar.
Sin ir más lejos, tenemos en Paysandú el ejemplo de Azucarlito, que ha debido dejar de importar azúcar crudo desde Puerto Murtinho, Brasil, en el extremo Norte de la Hidrovía Paraguay -Paraná, ante la falta de barcazas, y está comprando el producto en Argentina para traerlo también por vía fluvial hasta Paysandú.
Ergo, ante esta demanda insatisfecha, la industria naval de la región se encuentra desbordada de pedidos e imposibilitada de cumplir con los clientes, desde que no solo están colmados los astilleros, sino que tampoco existe infraestructura en equipamiento y capacitación de personal para atender todos los pedidos en el lapso requerido.
En Uruguay, el astillero de la Armada ya no da abasto y también está superada la capacidad de trabajo del Tzakos, lo que explica que dos empresas se hayan trasladado a Paysandú y junto con una firma local hayan arrendado parte del astillero para el mantenimiento y reparación de pequeños marcos, con una perspectiva de creciente actividad.
Por supuesto, el desafío radica en evolucionar hacia un astillero con todas las de la ley, para construir barcazas como las que muy pronto va a requerir la empresa ENCE para sacar la madera desde Paysandú hasta la planta de celulosa que construirá en Puerto Pereira, Conchillas, entre otras posibilidades que podrían surgir por el lado de las necesidades de transporte de granos en el Litoral Norte.
En todos los casos, estamos ante oportunidades que trascienden aspectos coyunturales para situarse como fuentes de trabajo sustentables, con muy buena calidad de empleo y sobre todo de amplio poder regenerativo en el medio del que se nutre de materia prima, mano de obra e insumos, con amplia dinámica y proyección en la zona.