Recordaron 191 años de la fuerza

Locales | 15 Nov La Armada Nacional celebró ayer los 191 años desde que el general José Artigas dio formalmente la primera patente de «corso», y de esa forma iniciara la incipiente marina oriental: en esos barcos flameaba el pabellón federal con sus colores azul, blanco y rojo.
En 1817, y desde la sede del gobierno oriental en Purificación, al norte de Paysandú, Artigas autorizó al buque «La fortuna» al mando del capitán John Murphy a surcar las aguas y proceder en nombre de la Banda Oriental, que respondía «a la estrategia general concebida por Artigas en la guerra librada contra el imperio de España y Portugal», como definió el prefecto del puerto de Paysandú, Gerardo Henderson, destacando que «a partir de esta desventaja abrumadora de fuerzas materiales las acciones de guerrilla contra el invasor, tanto terrestre como navales, eran el único camino posible».
Henderson recordó que con estas decisiones «procuraba atacar al tráfico marítimo portugués y español entre su territorio metropolitano y la colonia americana, debilitando su comercio transoceánico y estrangulando los abastecimientos enviados a Montevideo al ejército de ocupación del general Lecor».
Más adelante, el 21 de agosto de 1818, Artigas nombró a Pedro Campbell como Comandante general de marina.
En su discurso, el prefecto local destacó que los corsarios artiguistas «cumplieron un importante rol» en la guerra, y estaban «regulados por una impecable reglamentación que delimitaba claramente los derechos y obligaciones, diferenciando nítidamente su accionar de los de la piratería».
Menos recursos
y mas tareas
Ya en el contexto actual de la realidad de la Armada, Henderson dijo que «nos encontramos como actores de una Armada vigente, con una vasta misión que debemos llevar adelante con el empeño de todo el personal superior y subalterno». Aclaró que «el cumplimiento de la misión conlleva el esfuerzo diario de capacitación, enfrentando las dificultades que nos ofrecen los escasos recursos y el incremento de las tareas».
Luego de agradecer al personal de la Prefectura sanducera por su «empeño y dedicación» y en especial a las familias de los funcionarios, Gerardo Henderson culminó citando palabras de un insigne marino uruguayo, el capitán de navío Francisco Miranda, en una mención que conlleva también un llamado de atención sobre la importancia del mar como parte de la soberanía nacional.
Obviamente a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando Miranda militó en la Armada Nacional, la realidad no era muy diferente, y el espíritu de la gente de mar se mantiene. La mención que hizo Henderson tomada del viejo oficial naval, dice resumidamente que cuando Uruguay conozca el mar y las posibilidades que brinda, «todos comprenderán que debido a la falta de algunos buques hemos estado limitando nuestra soberanía al pedazo de tierra firme que ocupamos».