Locales | 16 Nov En la sede de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) tuvo lugar una jornada sobre mortandad de peces en la que participó personal de organismos públicos vinculados al río, además de pescadores artesanales y organizaciones no gubernamentales.
Consultado respecto a la actividad, Alfredo Pereira, biólogo y delegado uruguayo en la CARU, dijo a EL TELEGRAFO que la misma tuvo por objetivo compartir información y avanzar en el plan de contingencia dispuesto para el caso de ocurrencia de mortandad de peces, algo que calificó como un fenómeno «no muy frecuente».
No obstante, señaló que en el invierno 2007 ocurrieron varios eventos de este tipo en el río Uruguay debido a las bajas temperaturas. «Ocurre cuando el agua permanece por largos períodos a temperaturas inferiores a 10 grados centígrados», informó.
La situación no se repitió este invierno, el cual tuvo características diferentes, puesto que si bien hubo días muy fríos, en general, fue más variable. «En este último invierno no tenemos ninguna registrada», explicó.
Por otra parte, informó Pereira que los episodios de mortandad de peces ocurridos en el río Uruguay en 2007 no se circunscribieron a este curso de agua sino que se trató de una situación regional.
En otro orden, a fines del 2007 CARU entregó equipamiento para actuar en caso de mortandad de peces a unas cuarenta prefecturas argentinas y uruguayas del litoral del río Uruguay, las que también recibieron la capacitación correspondiente, de forma que cuando haya un evento de mortandad de peces personal de Prefectura pueda realizar las mediciones que es necesario hacer en el momento en que ocurren estos eventos para luego poder analizar las muestras en laboratorios de Montevideo o Buenos Aires.
«Las mortandades tienen muchas y variadas causas, pero en gran proporción se deben a fenómenos naturales, como las bajas temperaturas», dijo Pereira.
Señaló que en verano también se producen mortandades por anoxia (falta de oxígeno en el agua) vinculada generalmente a la aparición de fenómenos de floraciones algales.
Agregó que es muy importante entonces el diagnóstico temprano de estos eventos, ya sea para detectar episodios de contaminación o patología potencialmente riesgosos y contribuir a su control, como para evitar alarmas injustificadas.