Paysandú, Viernes 21 de Noviembre de 2008

La voz del público

Locales | 16 Nov sobre la ley de salud sexual y reproductiva
La verdad es que hace mucho sigo este tema, y ahora siento a necesidad de escribir algo. Parto de la base de que todos los que opinamos en este tema lo hacemos de buena fe y obviamente las diferencias radican en nuestra manera de interpretar las cosas y por eso llegamos a conclusiones tan diferentes.
Yo estoy en contra del aborto. Para mí es matar a alguien y no veo la diferencia entre matar a ese niño o a matar a cualquiera que se me cruce en la calle y yo le pegue un tiro. Por eso es que estoy en contra. Es más, lo considero peor, porque si alguien se me cruza y lo quiero matar, posiblemente esa persona pueda defenderse, huir o atacarme a mí para defender su vida. Un bebé no solo no puede defenderse, sino que depende absolutamente para vivir de la persona que decide matarlo.
Lo veo casi como un juego de poder, como la ley de la selva, gana el más fuerte.
La única diferencia con cualquier persona que muere y lloran su muerte es que nadie lo conoce, nadie lo ha visto, ni hablado, nadie se ha relacionado con él. Pienso que por eso hay gente a la que le parece una cosa normal y corriente, no lo ven desde este punto de vista.
Para mí vale lo mismo la vida del bebé, que la de la madre; por eso cuando se habla de las mujeres que mueren por hacerse abortos, pienso en todos los bebés que mueren en esos abortos. Es evidente que las personas que piensan que el aborto está bien es porque lo enfocan desde otro punto de vista.
El criterio de que hay que legalizar algo que ocurre de hecho, si eso que ocurre está mal, tampoco me sirve; con ese criterio podríamos legalizar el robo, la prostitución infantil y otras muchas cosas, que ocurren de hecho. Tampoco el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo es un argumento que encuentre válido, ya que sí me parecería bien que decida sobre ella, pero no sobre otro, como es su hijo. La libertad total y absoluta sí, pero con responsabilidad; cada cual es libre de hacer lo que quiere y tiene que asumir las consecuencias. Si fumo se que me puedo enfermar de cáncer, si tengo sexo, se que puedo engendrar una vida. Para mí es así y respeto a los que piensan otra cosa, lo ven desde otro punto de vista, y lo respeto, pero no lo puedo compartir. Ojo, la responsabilidad es de la madre y del padre, no le cargo las tintas a la mujer en esto.
Las circunstancias que se esgrimen en la ley como causales para interrumpir el embarazo van a ser usadas seguramente en cualquier caso, porque cualquiera va a esgrimir circunstancias de penuria económica, familiares, sociales, etcétera.
La ley tiene muchas otras cosas buenas; no es que esté en contra de toda la ley. Estoy a favor de educar en la sexualidad, que creo es en lo que se debería hacer más hincapié. Por último, no soy católico, ni creyente. Diego


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