Paysandú, Viernes 21 de Noviembre de 2008
Deportes | 17 Nov Fue un domingo atípico. Ayer no estuvo la obligación de almorzar en hora porque había que estar temprano en la cancha. No se anduvo a las corridas para que los jugadores tuvieran todo en tiempo y forma para pasar las horas previas al partido del domingo.
Ayer, para Dana Correa fue tiempo de seguir disfrutando con los suyos y sin apuro; de seguir saboreando ese gusto especial de un título del Honor del fútbol sanducero que para Juventud Unida llegó por primera vez en su historia.
Un gusto muy particular si se tiene en cuenta además, que la presidenta de los verdolagas pudo demostrar que el fútbol no es cosa de hombres.
«Sí, se sigue disfrutando, saboreando ese gusto diferente. Pero trabajamos un montón para lograr esto, y desde hace tiempo», dice Correa en el inicio de la conversación.
La presidenta recordó su historia con Juventud, que comenzó cuando «mi padre me hizo socia a los 10 años; soy el socio número 14 y siempre trabajamos desde afuera o adentro del club. Hace dos años que estoy en la directiva de Primera, porque teníamos el sueño de cambiar a la institución en lo social y en lo deportivo, que todo fuera más familiar».
En 2007 Correa llegó inesperadamente a la presidencia del club, lo que aceptó porque «al ser hija de un fundador del club me siento identificada con todo esto. Cuando me lo propusieron me preguntaba cómo iba a reaccionar la familia, y otras cosas que se me pasaban por la cabeza. Pero lo acepté con entusiasmo, responsabilidad y sobre todo seriedad. Y así comenzamos a trabajar».
Correa recuerda que el pasado año «estaba todo para salir campeones y no pudimos», por lo que antes de finalizada la temporada le planteó al entrenador, Ramón Silvera, que continuara en el club para encarar el año siguiente con el objetivo de festejar por primera vez en la historia un Campeonato de Honor.
«Ramón nos dio su palabra para seguir en busca del campeonato, pero con el objetivo de trabajar con gurises. Y creo que somos los que más hemos llevado gurises a Primera. Pero queríamos que a nadie le faltara nada, que los jugadores se sintieran motivados, porque en Juventud Unida no le pagamos a los futbolistas. Y creo que sintieron el apoyo de todos los días, de lunes a domingo, tanto en las prácticas, con las comidas entre semana o las conversaciones cara a cara. Y este año comencé a entrar a los vestuarios porque me sentía un integrante más del cuerpo técnico. Y terminaban las prácticas y conversábamos con Ramón sobre las inquietudes de cada jugador, de las bajas, de las prácticas», comentó.
La presidenta verdolaga no deja de agradecer a todos los que la apoyaron a lo largo de este complicado camino. Porque, en definitiva, sabido es que guiar un club de fútbol no es fácil en estos pagos, donde se reparte pobreza.
«Tocamos un montón de puertas, algunas se abrieron, pero todo se disfruta porque fue un año inolvidable, aunque también difícil. Todos los que estamos en el fútbol sabemos que el día a día se basa en sacrifico; todo se hace a pulmón, porque son muy pocos los empresarios que apoyan al fútbol. Sobran los dedos de las manos», dijo Correa.
¿Por qué no se apoya al fútbol? «La verdad es que no entiendo por qué. Hemos enviado cartas a todos lados, creo que estamos en un lugar estratégico de la ciudad, pero seguramente más de uno se acordará que tiene adentro de su cajón una carpeta de Juventud, por la que no hemos tenido respuesta», reflexionó.
A lo largo de la temporada, el alto presupuesto verdolaga fue solventado por particulares. «Uno nos decía ‘pasá mañana por los tallarines’, otro por la carne, la verdura o el agua… El presupuesto es altísimo, aunque quizá mucho menor que el de algún otro deporte. Los jugadores no cobran, pero se les brinda todo».
La gestión de Dana Correa estuvo llena de piedras a lo largo del camino, pero se llegó al final con la más grande de las satisfacciones. Fue incluso reconocida por los jugadores quienes momentos después de recibir como premio la recaudación de la final en el Estadio Artigas, entregaron a la dirigente una plaqueta en homenaje a su trabajo y esfuerzo, que se vio coronado nada menos que con un título.
La historia dirá que Juventud Unida alcanzó en 2008 el primer título de Honor en el círculo de privilegio de la historia. Y dirá que fue de la mano de una mujer, como para dejar en claro que el fútbol no es solo cosa de hombres. STB
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