Paysandú, Sábado 22 de Noviembre de 2008
Rurales | 21 Nov Esta seca no es como otras, dicen los productores ante el requerimiento de EL TELEGRAFO. «Nos agarra mal parados porque es en primavera, cuando pretendemos encarar la base forrajera para el próximo invierno y si no llueve pronto y bien, la situación será alarmante en los campos de Paysandú».
Así de claros y tajantes son los productores y técnicos, que conviven diariamente con un problema, que además de serio, se agudiza día a día. Son varias las localidades del interior departamental que no tienen agua, no solo para el ganado sino además para el consumo humano.
Hay cañadas, e incluso arroyos de tradicional buen curso de agua, que ya se cortan en algunas zonas, como es por ejemplo el arroyo Sacra, en la zona comprendida entre Esperanza y Porvenir. Precisamente esta región del departamento de Paysandú, es una de las más comprometidas con la falta de agua debido a que las lluvias del otoño e invierno fueron muy escasas, y cuando se registraron precipitaciones que en varias zonas superaban los 50 o 60 milímetros, en esta zona apenas llegaban a pasar los 20 milímetros, con la consiguiente evaporación en el inicio de la primavera con temperaturas superiores a los 30 grados.
En las zonas de influencia de Guichón, Quebracho y Porvenir «aumentó desde hace unos dos meses la solicitud de agua para uso domiciliario y animal, y con pozos que no dan abasto por la baja de los afluentes», explicó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Roberto Ceriani, asesor del intendente.
Como ocurre en gran parte del país, Ceriani que tiene su establecimiento cercano a Esperanza, no ha logrado preparar las chacras para la siembra de cultivos de verano, lo cual es contraproducente para encarar el próximo invierno que «pinta» como para ser «muy crítico para el forraje y la alimentación del ganado».
Más al Norte del departamento, las zonas y localidades más afectadas están en Santa Kilda, Soto, Cerro Chato, Chapicuy y Arroyo Malo.
SituaciÓn
El ingeniero agrónomo Marcelo Pereira, técnico del Instituto Plan Agropecuario en Paysandú, sostuvo que a principio de año en nuestro departamento, «había una clara diferenciación por zonas».
Por ejemplo la de mejores suelos (de condición agrícola-ganadera) en el Litoral Oeste del departamento, «ya se marcaba en el otoño con un déficit hídrico, y especialmente con una disponibilidad de pasturas muy baja». Por su parte en donde se realiza ganadería extensiva, «más allá del kilómetro 80 de la Ruta 26 y en la 90, y en zonas de areniscas de cretácico de Guichón, llovió mejor y presentaba mejor disponibilidad de pasto».
Al pasar los meses del invierno, estas zonas «se han igualado hacia abajo y presentan poca disponibilidad de pasto en esta primavera».
«No obstante», aclara Pereira, «en la zona de ganadería intensiva del departamento ha llovido bastante más que en la cercanía de la ciudad».
De acuerdo con los registros pluviométricos del IPA, en Merinos y la zona de Ruta 26 a la altura del kilómetro 70, «ha llovido en lo que va del ejercicio (julio 2007 a junio 2008), entre 913 y 932 milímetros, mientras que en la vuelta de Paysandú y en el mismo ejercicio, apenas si llegaron a los 800 milímetros». Subrayó que la situación de sequía «es evidente y notoria en la zona cercana a la ciudad con más de 400 milímetros de déficit».
Aseveró que los campos «están necesitando agua, y sobre todo esto se nota en los predios que están muy cargados de ganado».
De todas maneras recordó que en Artigas y Salto llovió bastante más. «Cuando en nuestro departamento se verificaron unos 40 a 50 milímetros en la tercera semana de octubre, en esa zona se registraron precipitaciones entre 150 y 200 mm. Los campos están bastante más verde, pero igualmente llama la atención que algunos campos están pelados».
Recordó que entre un 35% o más de la producción de forraje de todo el año, se genera en la primavera, «por lo que al errar una estación productora de pasto como ésta, motiva una gran preocupación para el futuro».
Aguadas
Para el técnico del Plan Agropecuario, «tajamares secos hay desde que se inició el invierno, porque al no apreciarse excesos que permitan el escurrimiento de agua, los mismos no han logrado retener el líquido».
«En la vuelta de Paysandú hemos observado problemas serios de aguadas durante todo el año, incluso en tajamares que se han construido hace un año y no se han podido llenar».
Recomendaciones
En el ámbito de la ganadería intensiva donde sobresalen los criadores, «debemos ir pensando que si queremos preñar las vacas, deberán adoptarse medidas de control de amamantamiento, poner tablillas o pensar en hacer destete precoz en alguna categoría».
Entiende que de lo contrario, «será bastante complicado preñar las vacas». El grueso de los entores se inicia el 1º de diciembre, aunque en el basalto hay muchos que comienzan más temprano, a mediados de noviembre.
Al analizar lo dispuesto por productores en otras épocas, por ejemplo durante la sequía de 2006 cuando los productores ajustaron la carga, «la gente quedó bastante conforme. Una de las medidas realizadas más firmemente fue precisamente el ajuste de carga».
Acotó que la probabilidad de tener una sequía en el basalto en tres años, «es de un 52%, y en cinco años es del 72%. Por lo tanto no lo debemos mirar como un fenómeno anormal y raro, sino incorporarlo a las empresas y comenzar a tomar medidas».
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