Locales | 21 Nov La creatividad, el ingenio y la imaginación cobraron nuevamente vida en el interior rural pautando dos intensas jornadas en Algorta y Arroyo Negro. La fluida participación de los habitantes de ambas localidades demostró una vez más el interés que demuestran por actividades culturales diferentes.
La propuesta movilizó a niños, jóvenes y adultos que, pinceles en mano y con la firme determinación de embellecer el lugar en el que viven dieron forma a singulares murales, pintando con acrílico al agua sobre paredes y fachadas de edificios de referencia. En Algorta se utilizó la fachada de la capilla Cristo Rey, donde los artistas recrearon escenas bíblicas. En tanto, en Arroyo Negro cada uno de los artistas trabajó su propia obra, utilizando el frente de un viejo almacén, al que los pobladores llaman el Viejo Ateneo. Allí, cobró vida una escena de campo del pintor plástico Damián Ibarguren, mientras Horacio Santos y Carlos Poggio diseñaron un paisaje simbolista y a una escena marina, bastante abstracta, de Mario Sarabí.
Los murales fueron planteados por Carlos Poggio, Damián Ibarguren, Mario Sarabí y Horacio Santos, pero en ambas localidades los niños aportaron su autenticidad a la hora de pintar las diversas escenas.
Amistad, almuerzos y meriendas compartidas, juegos y la presencia del mago Sebastián hicieron de estas dos jornadas una experiencia inolvidable para todos. El evento fue organizado por el Centro MEC de Piedras Coloradas, las policlínicas de Arroyo Negro y de Algorta y los artistas.