Paysandú, Jueves 27 de Noviembre de 2008
Locales | 24 Nov El sol del mediodía arrancaba destellos de la recién pintada carrocería. El original color celeste oscuro, casi tirando a verde, contribuye a realzar el tamaño de este gran sedán, destacándolo en el paisaje de ingreso o egreso de la ciudad de Paysandú. Se trata de un auto Ford CustomLine de 1955, sedán 4 puertas, recién puesto a nuevo tras una cuidadosa restauración.
Es un coche que siempre estuvo en manos de una sola familia. Harry Rossin es su actual propietario. Lo adquirió su padre Alberto, cuando era cero kilómetro, en mayo de 1955. Como Alberto falleció hace cuatro años, Harry quedó con el auto. «Tres generaciones aprendieron a manejar en este auto. Hijos, nietos y los mismos bisnietos», nos dijo.
Lo único que este ejemplar no guarda en calidad de original es el motor. Rossin comentó que hace 23 años le fue instalado el que hoy lo sigue impulsando, un BMC 2.2 diesel de 4 cilindros, utilizado para sustituir al original Ford V8.
A FOJAS CERO
El auto fue totalmente desmantelado y ahora, luego de ocho meses de trabajo intenso, quedó pronto e impecable. No hubo rinconcito ni detalle que quedara sin ser repasado; todo fue pulido y puesto a nuevo, por dentro y por fuera.
Para eso fue necesario conseguir elementos como las insignias y otros detalles ornamentales, algunos de los cuales fueron traídos directamente de Estados Unidos. En el habitáculo reconstruyeron el cielo raso, ahora en gris oscuro; también el tapizado de las puertas y de los asientos, ambos en negro.
Como resultado, el vehículo volvió a sus tiempos de cero kilómetro, a excepción del motor.
UN GRAN SEDÁN
Ford colocó muchos de sus grandes sedanes de la mitad del siglo pasado en Uruguay, Paysandú y el litoral en general. Varios de ellos continúan circulando.
Claro que este modelo 1955 que estuvo por unos días a Paysandú y ahora volvió a Salto, es sin dudas uno de los que estéticamente mejor se encuentra.
Rossin, que reside y trabaja en Alemania, pero que todos los años viene a Paysandú, decidió llevar a cabo esta restauración para que la máquina que comprara su padre y permaneciera en manos de su familia, estuviera a la altura de las circunstancias.
En magnífico estado, es un auto de muy buen porte. En su frontal se aprecia un parabrisas envolvente, amplia parrilla horizontal, grandes faros incluidos en los guardabarros —con los más pequeños por debajo— y un amplio paragolpe. Además, la insignia de la marca y sobre el capó tiene una alegoría –un avión— cromada.
En toda la extensión de los laterales luce una moldura en tres tramos; las ventanillas con ventiletes y pequeñas insignias. En la parte trasera, la luneta es también envolvente; tiene amplio baúl y pequeñas aletas donde están las luces de freno y de posición; además, muestra la insignia y ancho paragolpe.
En el habitáculo, tablero y volante son los originales, al igual que los instrumentos, relucientes como recién salidos de fábrica.
APUNTES TÉCNICOS
Motor: BMC 2.2 diesel cilindros.
Caja de cambios: correspondiente al motor BMC, de 4 marchas.
Embrague: a disco.
Sistema eléctrico: Delco Remy.
Frenos: hidráulico con bomba, cilindros, campana, patines y cintas.
Dirección: a sinfín y sector.
Suspensión: adelante independiente con espirales y amortiguadores; atrás con elásticos y amortiguadores.
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