Paysandú, Viernes 28 de Noviembre de 2008
Locales | 22 Nov Cada mes las instituciones de salud de Paysandú reciben entre 200 y 250 personas lesionadas en accidentes de tránsito. En los últimos 50 días once accidentados graves requirieron internación en el CTI del Hospital y tres de ellos murieron.
La atención de una persona politraumatizada grave cuesta al sistema de salud unos 10.000 dólares durante las primeras 24 horas y luego 1.500 dólares por día de internación en terapia intensiva, según informó la directora del Hospital Escuela del Litoral, doctora Salomé Wolman durante una reunión realizada en la Unidad Departamental de Seguridad Vial (Unadev).
La Unadev, que analiza la posibilidad de intensificar la crudeza de su campaña de prevención de tránsito, convocó a estas profesionales para conocer las consecuencias que los accidentes de tránsito acarrean al sistema de salud.
Jóvenes, alcohol y casco
«Estamos muy preocupados por las situaciones referidas a las consecuencias de los accidentes de tránsito», dijo Colman, para luego señalar que, en promedio, los pacientes que llegan al CTI del Hospital tras haber protagonizado un accidente de tránsito tienen entre 16 y 25 años, son mayoritariamente varones alcoholizados y no llevaban casco en el momento del accidente.
Los motivos más frecuentes de ingreso al CTI de estas personas son: politraumatismos graves, traumatismo abdominal, fractura o traumatismo de cráneo.
El CTI del Hospital tiene 6 camas que «están casi permanentemente ocupadas –aproximadamente la mitad de ellas por personas accidentadas— y cuando nos faltan, debemos trasladar al paciente a Comepa —que tiene un total de 10 camas en CTI— o a Salto, Tacuarembó o Montevideo, según donde haya disponibilidad», explicó la directora del Hospital.
«Lamentablemente los CTI de Uruguay están saturados las 24 horas del día y los 365 días del año», añadió.
Convocada para dar cuenta del impacto de los accidentes de tránsito en el sistema de Salud, la doctora Wolman sostuvo que «la Dirección del Hospital encara cada una de estas situaciones haciendo el máximo esfuerzo por salvaguardar la vida de la persona y eso exige un esfuerzo en recursos humanos, administrativos y financieros».
Hay que hablar de números
«Creo que es hora que empecemos a hablar de números porque esto le está costando muchísimo al Hospital y tenemos que destinar a la atención de los accidentados en el tránsito presupuestos que de pronto se necesitan para otra persona que no eligió enfermarse y a la que igualmente hay que darle atención», afirmó. Además de las cifras antes señaladas dijo que «un traslado especializado de tres cuadras hasta Comepa a realizar tomografías cuesta 8.000 pesos» y que «cada tomografía —suele necesitarse más de una por paciente— sale entre 3.000 y 5.000 pesos. Como el Hospital no cuenta con neurocirujano, cuando hay que operar debemos contratar ese servicio, que cuesta entre 40.000 y 80.000 pesos, según el caso», agregó, para luego señalar que «las primeras 24 horas en accidentados politraumatizados graves, que debe ser operado médico-quirúrgicamente, le sale al Hospital 250.000 pesos».
Según la Junta Técnica del HEL, el traumatismo encéfalo craneano «es uno de los motivos más importantes de internación y gasto, y en el 80% de esos casos la causa es un accidente de tránsito». «Lamento tener que decir esto, pero es hora que la sociedad entienda que el presupuesto es de todos y lo debemos distribuir equitativamente, porque todo el mundo tiene derecho a tener la mejor atención cuando tiene un problema de salud», añadió.
Por su parte, la jefa de Enfermería del CTI del Hospital, licenciada Elizabeth Tealdi, dijo que le llamó «poderosamente» la atención la cantidad de personas lesionadas en accidentes de tránsito que ocuparon camas de terapia intensiva durante el mes de octubre —paradójicamente el mes «sin accidentes de tránsito»— e informó que desde el 1º de octubre hasta el jueves 20 de noviembre hubieron 11 accidentados graves en el CTI, de los cuales fallecieron tres.
«Este tipo de accidentes representa un evento agudo e inesperado que pasa en la vida de una persona sana y por eso, la familia es el segundo paciente del CTI y de alguna manera nos tenemos que hacer cargo», expresó, al referir su opinión personal sobre el tema y contar parte de la experiencia del día a día en su lugar de trabajo.
«La gente me agarra, me aprieta, grita y pregunta. Yo les digo a todos la verdad y es que un paciente en CTI con respirador es un paciente grave».
Agregó que es frecuente que padres angustiados cuenten cosas como «mi hijo toma, no usa casco, anda en moto a una velocidad...»
«Entonces tenemos que decir que no es el destino el que llevó a esa persona a ese fin, sino una causalidad. Ya es hora que nos hagamos cargo de nuestra propia vida y despertemos conciencias críticas», opinó.
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