Paysandú, Sábado 29 de Noviembre de 2008
Opinion | 23 Nov La polémica en la interna frentista por el uso de armas entre la población civil, sacó al debate público otra vez este tema, que resulta más que preocupante. El entredicho comenzó a gestarse cuando desde su columna en «La República» el senador Eleuterio Fernández Huidobro señaló la necesidad de armarse para defenderse de un nuevo tipo de delincuencia.
En declaraciones que recogió Telemundo 12, Huidobro reafirmó sus conceptos. «Recomiendo a la gente que se compre armas de fuego y contrate a alguien que le enseñe a usarla, para evitar accidentes», dijo. Luego el diputado Carlos Gamou (MPP) respaldó la postura de Fernández Huidobro y dijo que él está «calzado» desde hace años. Agregó que no entregará su arma calibre 38 que porta desde el año 1995, «a menos que Uruguay se transforme en el jardín de las delicias».
La ministra del Interior, Daisy Tourné, le contestó con su postura pro desarme: las armas «generan más violencia».
El problema de la presencia de armas de fuego en la población civil tiene múltiples consecuencias, fundamentalmente porque no siempre quien tiene un arma está preparado para manejarla y guardarla adecuadamente. Si pensamos por ejemplo que hablar de una tenencia responsable implica el registro del arma y que el almacenamiento seguro involucra que quien posee un arma debe tenerla descargada, encerrada en un armario o con un candado para armas de fuego, con la munición guardada por separado...es casi seguro que no sea ésta una práctica generalizada.
Tener un arma en el hogar involucra múltiples peligros y expone inútilmente al peligro a nuestros hijos. Según las estadísticas el 50% de los niños saben dónde sus padres esconden las armas.
Solo un dato más, según los informes existentes, uno de cada cinco habitantes del país tiene un arma y se registran anualmente más de 120 muertes por accidentes con armas de fuego.
Tiene razón la ministra, si todos nos armamos estaremos engendrando más violencia. No obstante, resulta harto preocupante la facilidad con que la gente puede acceder a un arma. Si la población civil está armada, los delincuentes lo están aún más. Y es ahí donde el Ministerio el Interior debe actuar con urgencia.
Por otra parte, resulta alarmante y lamentable que dos legisladores de un país democrático y pacífico como el nuestro exhorten a la población a armarse desde la palestra que les otorga su investidura y el acceso a los medios de comunicación. La inseguridad existe y deben extremarse los mecanismos para combatirla pero recomendar armarse no sólo no soluciona nada sino que es temerario. Señores ¿qué están pensando?
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