Rurales | 27 Nov Las esquilas vienen llegando a su fin, en un año que se presentó «espectacular» para el desarrollo de la actividad a nivel de los campos, por la falta de fenómenos climáticos adversos, pero con la incertidumbre que representan los mercados, hecho que determina que lo producido se guarde en los galpones de los establecimientos.
De acuerdo con lo manifestado a EL TELEGRAFO por responsables de «comparsas de esquilas», la zafra fue muy buena y permitió que se esquilara sin contratiempos, aunque aclarando que «se aceleró en las últimas semanas por la aparición de la flechilla, que podía complicar las esquilas». De todas maneras, la importante caída de precios para la lana llevará a los productores a guardar el producto en un galpón hasta febrero o marzo, con la esperanza de contar con un escenario de recuperación de precios que les permita venderla.
A pesar de que la demanda está activa, los productores consideran que se ha llegado a un piso en los precios y por ende, no es aconsejable realizar negocios en estos días.
Por tal motivo, en el comienzo de la zafra de venta no hay lana disponible dado que muchos productores del Norte han optado por guardarla en los galpones y tomar una decisión después de fin de año. Respecto a los valores, actualmente por ejemplares Corriedale se paga la lana entre U$S 1,60 y U$S 1,65, mientras en la temporada pasada estuvieron a U$S 2,50. Por Ideal se paga entre U$S 2,15 y U$S 2,20 y por Merino entre U$S 2,50 y U$S 2,65 dependiendo de la finura.
Los operadores entienden que se apreciará más adelante una recuperación pero no llegará a los valores del año pasado.
Por ejemplo en Australia, los remates después de una baja muy grande, empezaron a recuperarse. La demanda y las ventas mejoraron y cuando se empiece a recuperar la moneda, el mercado volverá a entonarse.