Locales | 27 Nov Las lluvias llegaron, por fin, y por cierto sirvieron para poner una tregua en la ya intensa sequía que se manifiesta en la zona, aunque los registros pluviométricos han sido escasos y solo se ha logrado remojar la tierra en el mejor de los casos.
Pero principio quieren las cosas, y la tormenta que se abatió sobre esta zona desde poco después de las 14 y por espacio de más de dos horas abrió una cuota de esperanza en agricultores y productores en general, en la perspectiva de que se cumpla el pronóstico de lluvias de regular intensidad para el fin de semana.
En la ciudad, los chaparrones dieron la sensación de que la lluvia fue muy significativa, pero ante la necesidad de agua en el medio rural, los guarismos de entre 8 y 15 milímetros en los lugares más beneficiados no han servido para revertir el panorama, aunque por lo menos sí se ha minimizado el riesgo de incendio en las zonas en las que se manifestaron las lluvias y se ha puesto una fugaz tregua en la sequía.
Los vientos que se registraron en zonas de tormenta provinieron sobre todo del sector nor–noreste y también provocaron caídas de ramas y apagones en algunas zonas de la ciudad, como el que se registró en el barrio Residencial del Este, que se extendió durante cinco horas. El pasaje de la línea de inestabilidad tuvo además como consecuencia una sensible caída en los niveles térmicos, desde que se pasó de valores que superaron los 38 grados, el martes, a poco más de 34 ayer, para caer significativamente en las últimas horas de la tarde.