Nacionales | 01 Dic Mentiras y exitismo
El precandidato presidencial nacionalista Carmelo Vidalín discrepó con sus competidores, es decir, Jorge Larrañaga y Luis Alberto Lacalle, quienes plantean la derogación inmediata del IRPF en caso de acceder al gobierno. Es más, dijo que no dicen la verdad.
Consigna «La República» que el intendente de Durazno considera que «se está faltando a la verdad» porque «no hay mayorías suficientes» y se mostró partidario de una negociación entre «todos los actores sociales y políticos». El líder del sector Soplan Nuevos Vientos también marcó un perfil diferente sobre lo que estimó como «exitismo» de parte de algunos dirigentes blancos. «El Partido Nacional está muy lejos de ganar la elección», remató.
«El exitismo no es buen compañero de nuestro partido, y en este momento es el peor compañero que podemos tener. Lamentablemente dentro de nuestro partido hoy hay gente que está demasiado exitista, cree que el Partido Nacional ya ganó y el Partido Nacional está muy lejos de ganar. El Partido Nacional tiene que salir a recorrer los barrios a trabajar y lo debió hacer durante todos estos años», dijo. «Optimismo sí, exitismo no. El exitismo endiosa a la gente, la deja sin movimiento, solo espera que las cosas lleguen a uno en lugar de ir a buscarlas», agregó.
También instó a «no mojarle la oreja a los colorados porque los vamos a necesitar».
Transparencia en las cosas
Informa el matutino antes mencionado que la pasada semana se dieron a conocer los sueldos de los trabajadores y los beneficios que algunos de ellos perciben por desempeñar distintas funciones de servicio en el Palacio Legislativo. Aunque seguramente a ellos no les agradó, la senadora del MPP Lucía Topolansky dijo compartir esa iniciativa porque «hay que tener transparencia en las cosas» que se hacen, ya que «no se gana nada ocultando y para mí es fundamental que los sueldos se difundan». La senadora dijo que desde hace mucho tiempo al Palacio Legislativo ingresaron a la función pública muchas personas «a dedo». Agregó que «toda esa masa de funcionarios que ingresaron a dedo siempre tiene una modalidad de reclamo que está muy casada con la cuestión política. Al punto tal que, algunos sienten que tienen un cargo político». En la audición de los sábados en «M24», la legisladora admitió que se han tratado de realizar acotamientos a los beneficios que siguen gozando pero que han tenido «problemas». «Muchas cosas no hemos podido hacer porque necesitamos mayorías especiales», acotó.
Nada de actos políticos
La medida tomada por el Parlamento merece un aplauso. Es que el Palacio Legislativo es para legislar, no un club político.
De acuerdo a lo informado por el mismo diario capitalino, un acto organizado el lunes 24 por un sector del Partido Nacional y que fue considerado como un «abuso» por la Comisión Administrativa del Poder Legislativo determinó que ésta decretara la «expresa prohibición» de realizar actos políticos partidarios en todos sus espacios, tanto en el edificio legislativo como del anexo de comisiones. Resulta que el pasado lunes 24, la lista 51 del Partido Nacional tenía la autorización de utilizar la sala de fiestas del Palacio Legislativo para un homenaje por los 50 años de la última victoria electoral. Hasta ahí todo bien, pero desde un camión comenzaron a bajar carteles de importante dimensión con propaganda electoral. Esa fue la gota que colmó el vaso y que derivó en la prohibición. Alquilen un club, muchachos.
Armados ¿hasta los dientes?
Un informe del capitalino «El País» revela que los legisladores están armados. ¿No se sienten seguros? Parece que no. De 114 legisladores consultados, 38 dijeron tener armas en sus domicilios, vehículos o portarlas encima. Es más, algunos han tenido que usarlas contra delincuentes. De los 130 legisladores --entre senadores y diputados--, el matutino consultó a 114. Entre los consultados, un 26% de los frentistas dice tener un arma (16 personas), al igual que un 43% de los nacionalistas (16) y un 30% de los colorados (cuatro). El único legislador del Partido Independiente también posee un arma de caza. Curiosamente, los únicos tres legisladores que no accedieron a responder la pregunta son ex tupamaros.
Algunos de ellos han tirado al aire, participaron en tiroteos o resistieron robos. En cambio, otros tienen armas de colección, de caza o revólveres heredados que nunca se animaron a tocar. Una curiosidad: un decreto de diciembre de 1970 autoriza a los legisladores a portar armas sin necesidad de hacer trámite de habilitación. El diputado Víctor Semproni, también del MPP, se sumó a la lista de legisladores que tienen arma y que se animan a desafiar a la ministra del Interior, Daisy Tourné. «Le digo a la ministra: cuando yo conozca un delincuente que se desarme, yo devuelvo lo mío», afirmó. Otro que piensa igual es el diputado Carlos Gamou. «No voy a la panadería calzado, por supuesto. Pero a la hora en que las papas queman, uno defiende a su gente. Yo seré el primero en entregar mi arma si esto se transforma en el jardín de las delicias», dijo.