Paysandú, Domingo 07 de Diciembre de 2008
Policiales | 06 Dic Una mujer de 65 años perdió la vida ayer al precipitarse a bordo de su automóvil a las aguas del río Uruguay a la altura del puerto de Paysandú. La versión de testigos y las características del hecho confirman que se trató de una autoeliminación, en tanto versiones extraoficiales señalaron que la mujer, perteneciente a una familia muy vinculada de nuestra sociedad, atravesaba un mal momento anímico. El rescate del vehículo requirió la participación de un buzo de Ancap, así como la utilización de una embarcación de la Dirección de Hidrografía y de una grúa de la Administración Nacional de Puertos.
Según datos extraoficiales obtenidos por EL TELEGRAFO, el lamentable episodio que conmovió a la sociedad sanducera comenzó a gestarse alrededor de las 7 de la víspera. En ese momento, una mujer de 65 años, a bordo del automóvil Hyundai S Coupe matrícula IAA 7422, ingresó a la terminal portuaria por el ala Norte -sin que los funcionarios se percataran de su presencia-, para estacionarse en el área del muelle conocida como «de la Faroleta». Un testigo relató que próximo a las 7:20 llegó a la entrada principal a bordo de su bicicleta y observó al automóvil estacionado, pero un instante después, mientras dialogaba con los marineros, escuchó el sonido de una bocina y notó que el vehículo ya no estaba, al tiempo que oyó que un pescador que permanecía en la zona de las grúas comenzaba a gritar que un automóvil había caído al agua.
Cuando los primeros testigos arribaron al lugar, observaron que en el sitio por donde se precipitó el vehículo (entre la Faroleta y un mojón) había restos de un guardabarros y varios metros más abajo, donde la estructura del muelle se sumerge en el agua, lo que semejaban ser fragmentos de un parabrisas. En ese momento reinaba la incertidumbre, ya que algunos testigos aseguraban que el vehículo tenía ocupantes.
Comienza el operativo
Mientras varios curiosos y periodistas se reunían en los alrededores, efectivos de Prefectura dieron inicio al operativo de rescate a bordo de una embarcación neumática. Según explicaron expertos, el lugar en donde se hundió el vehículo tiene aproximadamente seis metros de profundidad y es además uno de los sitios donde el río corre con mayor intensidad, ya que recibe el flujo de la canal que, tras sortear el obstáculo de la Isla Caridad se precipita con fuerza hacia las costas sanduceras, adquiriendo su máxima velocidad frente a la terminal portuaria. Ya sobre las nueve, los funcionarios de Prefectura, a bordo de la embarcación neumática y utilizando un «grampín» sujeto a una maroma, peinaron el lecho del río hasta que finalmente lograron enganchar al vehículo sumergido. Enseguida, una embarcación de la Dirección de Hidrografía asignada al dragado del Paso Almirón acudió al lugar del operativo e intentó remolcar al automóvil en varias oportunidades, pero el «grampín» se soltaba y era necesario repetir la operación.
Poco después se sumó al operativo un buzo de Ancap que cumple funciones en el remolcador Ancap VII, y, guiándose con la maroma, se sumergió y llegó hasta el vehículo que permanecía en posición invertida sobre el lecho rocoso.
A pesar de que la visibilidad era nula, el buzo logró sujetar el gancho de una fresa de acero al chasis del vehículo y enseguida la embarcación comenzó a remolcar al vehículo hacia la zona del puerto, donde se encuentran emplazadas las grandes grúas.
Se confirma lo peor
Ya sobre el mediodía, la embarcación de Hidrografía, arrastrando al automóvil que permanecía sumergido, completaba la corta travesía entre la zona de la «Faroleta» y el área de amarres del puerto. Una vez junto a las vigas, la grúa Nº 61 de la Administración Nacional de Puertos asumió la tarea de extraerlo del agua. Segundos después, las peores suposiciones se hicieron realidad. Cuando el Hyundai emergió del agua, todos los presentes observaron cómo el cuerpo de una mujer, vestida de blanco y de cabello rubio, se deslizaba hacia el exterior del vehículo a través del espacio dejado por el parabrisas destruido. Una vez interrumpida la maniobra de extracción, la embarcación neumática acudió hasta el vehículo y los efectivos sujetaron el cuerpo de la mujer y lo arrastraron hasta la planchada, donde finalmente lo extrajeron del agua.
La grúa completó el operativo y retiró el vehículo del agua hasta depositarlo sobre la explanada, donde inmediatamente fue examinado por el personal de Prefectura. Poco después, el examen forense confirmaba que la causa del fallecimiento de la mujer había sido asfixia por inmersión, en tanto la versión de los testigos dejaba casi completamente desvirtuada la hipótesis de que se había tratado de un accidente y confirmaba la tesis del suicidio.
La infortunada mujer pertenecía a una familia ampliamente vinculada en nuestra sociedad, lo que inmediatamente dio lugar a una serie de especulaciones respecto a las causas que la llevaron a tomar semejante determinación. Al parecer, según fuentes extraoficiales, experimentaba un pronunciado bajón anímico.
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