Deportes | 03 Dic La última perlita habían sido las desprolijidades a la hora manejar lo que fuera el frustrado ciclo de Ramón Silvera al frente de la selección mayor, por lo que en otro período seguramente se habría pedido la cabeza de los neutrales.
Pero como siempre sucede en la Liga de Fútbol, una perlita da lugar a otra para conformar ese collar interminable de situaciones poco creíbles que vive el organismo que rige los destinos del fútbol sanducero.
Ahora se dio a conocer (aunque el informe quiso brindarse puertas adentro, a lo que se negaron los clubes) que la Liga está totalmente desfinanciada, que la gran mayoría de los clubes tienen deudas no solo con la Liga sino con OFI, más allá de que en diciembre del pasado año se modificó el reglamento (una vez más) para darle a los clubes un mayor plazo para ponerse al día.
La situación, si bien no es nueva, saltó a la luz en el último plenario y es de esperar que –como señalaron los clubes que están al día— los neutrales tomen cartas en el asunto, intimen a los deudores y apliquen el reglamento para sancionar a quienes no cumplen con sus obligaciones.
Pero no todo se queda ahí. El presidente en ejercicio —que ha hecho una y otra vez mención en la Liga a un título de EL TELEGRAFO del 21 de noviembre («Algo huele mal»)—, en el plenario del lunes y ante el requerimiento de los clubes, dijo que no había ningún informe de las comisiones.
Los clubes quedaron esperando el informe de la Coordinadora, que integran los neutrales y dos delegados clubistas, pero nunca se brindó información.
Pues bien: si aquel 21 de noviembre «algo olía mal» en la Liga, el aroma empeoró si se tiene en cuenta se ha designado como equipier de la selección a alguien que está suspendido por seis meses de la Liga, que es delegado clubista y cuya sanción por tiempo, para colmo de males, no habría sido notificada a la Organización del Fútbol del Interior. Y esa es una información que seguramente los clubes hubieran querido escuchar el lunes.
El equipier, que ayer estuvo en el Parque Rivabén, está sancionado por seis meses por el Tribunal de Penas y, por lo tanto, no puede desempeñar tareas oficiales de la Liga. Es más, su pena ni siquiera habría sido notificada a OFI sino que dormiría en la secretaría de la Liga, lo que podría derivar en una seria sanción para la selección si alguien reclamara los puntos en el Litoral Norte. El equipier es delegado clubista, cuando el reglamento dice que los delegados no pueden recibir remuneración alguna por parte de la Liga. Y la responsable de la situación, si se tiene en cuenta el proyecto de selecciones, es la Coordinadora, ya que en el proyecto se establecía claramente que «el equipier de la selección será designado por la Coordinadora, estableciéndose con él el método de trabajo que se pretende». Algo huele mal, muy mal. STB