Opinion | 07 Dic Al igual que el Día del Patrimonio, los «Museos en la Noche» son una propuesta en claro crecimiento. En la noche del viernes varios cientos de sanduceros salieron de sus casas con la finalidad exclusiva de ser partícipes de los espectáculos que ofrecieron el Monumento a Perpetuidad y el Museo de la Tradición.
En el primero de estos lugares, no menos de cuatrocientas personas esperaban en la calle que el Monumento abriera sus puertas para disfrutar de una velada atípica, durante la cual el viejo cementerio se vuelve ya no sitio de recordación histórica o lugar de interés arquitectónico sino sencillamente escenario de representación.
Actores que interpretan distintos personajes o toman la fisonomía de estatuas que allí existen —como el soldado desconocido o la esposa de Santiago Lasarga— para proponer diversos senderos de interpretación que permiten vivenciar este lugar patrimonio histórico y cultural de la Nación, de otra manera.
En el Museo de la Tradición también hubo mucha gente que disfrutó del espectáculo de Imaginateatro y se mostró ávida de aprovechar las nuevas formas de vincularse con el patrimonio.
Pareciera que en la Noche de los Museos, éstos cobran vida propia, se metamorfosean y terminan cultivando vínculos con personan que viven a aquí mismo pero no siempre saben qué hay en estos lugares que durante tanto tiempo han sido reservóreo de cultura y tradición enclaustrada.
Por eso, merecen también destacarse iniciativas como «El Museo va a la Escuela», iniciada por la Dirección de Cultura y producto de la cual se ofreció una primera exposición de trabajos infantiles en el Museo Histórico Municipal.
Por otra parte, el anuncio de la instalación en Paysandú de parte de la colección de música étnica de Carlos Blanco Fadol es no solo un aporte de primer orden a la cultura local sino un compromiso para profundizar en nuevas dinámicas de gestión museística que hagan a los usuarios partícipes y no meros espectadores. Resulta claro entonces que las nuevas propuestas de gestión museística que tímidamente están asomando en Paysandú tienen la aprobación del público, lo cual compromete para seguir trabajando por el crecimiento y —¿por qué no?— pensar en aprovechar el potencial de las mismas al turismo regional. Principio quieren las cosas y, a juzgar por lo que pudimos ver en la Noche de los Museos, este ímpetu resulta por demás alentador.