Paysandú, Martes 09 de Diciembre de 2008
Locales | 08 Dic Un matrimonio recibió en su hogar en Montevideo a tres niños sanduceros, cuyos padres habían fallecido y de los cuales sus familiares no podían hacerse cargo por razones económicas. El matrimonio cuidó durante 1 año y 6 meses a los niños en régimen de tenencia con fines de Legitimación Adoptiva del INAU. Sin embargo, los niños le fueron retirados por el Instituto de Legitimación Adoptiva y Adopción, bajo la acusación de maltrato psicológico. La familia que pretendía adoptarlos niega las acusaciones y asegura que hubo irregularidades en el manejo del caso por el instituto. Los niños se encontrarían ahora con otra familia, luego de pasar por un hogar de alternativa. Mientras tanto, la familia biológica desconoce el paradero de los pequeños.
Cristina y Sidinei estuvieron en lista de adopción durante dos años, con las correspondientes evaluaciones psicológicas y económicas requeridas, según informó a EL TELEGRAFO la mujer, de profesión abogada. Relató que el 12 de agosto de 2006 vinieron al INAU de Paysandú enviados desde Montevideo con documentación firmada por la entonces directora de Legitimación Adoptiva, Ana María Brisco. Allí recibieron a dos niñas de 1 año y 5 meses y de 6 años y a un varón de 8 años que, según dijo, les aseguraron eran huérfanos y sin familiares. Posteriormente supieron que los niños tienen familiares, que no podían hacerse cargo de ellos por razones económicas.
La abogada y estudiante de escribanía aseguró que durante el tiempo en que los niños estuvieron a su cargo --un año y seis meses-- progresaron en lo físico, psicológico y educativo. «Inclusive dejé de ir ese año a facultad para cuidarlos y ayudarlos en la escuela», dijo. Transcurrido más de un año de tenencia, la familia comenzó a preguntarse por qué no había novedades respecto a la legitimación, por lo que se comunicó con el INAU y pidió una cita para regularizar su situación legal respecto a los niños.
«Yo insistiendo: ¿Dónde está nuestro expediente? ¿Qué está pasando? ¿Hay algún problema? Lo que pasa es que hasta el día de hoy no solucionaron el tema de la separación definitiva de la familia biológica. Todavía no resolvieron la situación de la tía, si va a tener derecho a visitas o si perderá todos sus derechos», afirmó.
UNA RESPUESTA NO ESPERADA
Durante un tiempo, los niños debieron presentarse una vez a la semana al INAU en Montevideo, donde permanecían con una asistente social. El viernes 25 de enero de 2008, durante una de esas concurrencias, la abogada y aspirante a madre adoptiva preguntó qué sucedía y acotó que pediría una audiencia con el presidente Víctor Giorgi. «Ahí saltó esta mujer. Me dice: ‘Ustedes no van a pasar por arriba mío. Acá mando yo y hago lo que yo quiero’. Al preguntarle quién era, me dijo que era la nueva directora», Beatriz Scarone.
Al explicarle su preocupación por la situación de los niños, la jerarca los citó para el lunes 28 de enero, cuando tendrían una respuesta. Relató que ese día el matrimonio se presentó con los niños, quienes fueron llevados a otra habitación. La pareja esperó sola tres horas, hasta que se presentó la directora, acompañada por tres personas —asistentes sociales y psicólogos-- y les informó que los niños decidieron quedarse en el INAU y que se retiraran porque los menores ya no estaban a cargo de la familia.
Ante semejante sorpresa, Cristina pretendió ver a los niños: «Le dije: ‘Usted está mintiendo. Yo quiero ver a mis hijos’. Me respondió: ‘Señora, no son sus hijos, nunca lo fueron y no lo serán’. Le dije: ‘Discúlpeme, porque durante el año y medio que yo tuve de tenencia, quienes estuvieron en la enfermedad de los nenes, acompañándolos a la escuela y todo, fuimos mi esposo y yo’».
Al preguntar por qué no se los entregaban les respondieron que se debía a «maltrato psicológico».
«Eso era todo mentira. Fue solamente capricho de esta mujer por el hecho de que yo pedí hablar con el presidente del INAU», dijo. Reiteró que todo fue inventado y que, por ello, nunca hubo pruebas de maltrato.
GRITOS Y LLANTO
Mientras estaban en la sede de la institución la abogada vio a la mayor de las niñas –ya de 8 años—, la llamó y le dijo que el INAU resolvió que se quedarían allí. Narró que la niña comenzó «a los gritos pidiendo que no la dejaran», mientras se sujetaba a ella. Al llegar el niño mayor y conocer la noticia, comenzó a gritar y tirar las sillas. «Usted no sabe lo que fue eso, el maltrato del INAU hacia los chiquilines... Empezaron a empujarlos de aquí para allá, y gritando; yo nunca vi tanta vulgaridad y tanto atropello como ese día», afirmó.
Sostiene que de su parte no hubo maltrato de ningún tipo y que los siente sus hijos pues los cuidó durante más de un año: «Sé que con las pruebas que tenemos, con los informes periciales, con la declaración de los niños, no hay nada que nos acuse de maltrato».
Aseguró que el informe del 25 de setiembre de 2007 de la evaluación psico-social dice que los niños se integraron paulatinamente, que tenían buenas calificaciones escolares y que la pareja estaba acorde a los niños. Acotó que lo que dice el INAU se contradice con lo que señalan los niños, quienes niegan maltrato. «Contrataron a una psicóloga y a una asistente social, que dicho sea de paso lo pagamos nosotros porque el juez ordenó que los pagáramos nosotros a esos peritos. Hablaron con los niños, y ellos dijeron que los niños no tienen maltrato ninguno. Eso está en el expediente, que se había descartado el maltrato y que los niños tenían que volver con nosotros porque no había mérito», dijo Cristina, quien vio a los niños por última vez en Semana de Turismo, cuando la pareja tuvo oportunidad de visitarlos cuatro horas durante tres días.
Afirmó que ya vendió un auto para pagar abogados y tiene otro a la venta, pero que no le importa con tal de recuperar a los niños, a los que permanentemente se refiere como sus hijos.
NI EL JUEZ LO SABÍA
Los niños están ahora con otra familia en Montevideo, luego de pasar un período en un hogar de alternativa. Sin embargo, ni siquiera el juez que entiende en uno de los expedientes (300-822/2006) que involucra a estos niños, Javier Book, fue informado sobre el traslado de los pequeños.
De acuerdo a fuentes vinculadas al caso, la familia biológica desconoce el paradero de los niños y ni siquiera se le ha suministrado un número de teléfono para comunicarse con ellos. Agregaron que el juez había ordenado que en vacaciones de julio los niños visitaran a un familiar biológico, pero el INAU incumplió. En la última audiencia, al consultar la razón de ese incumplimiento, fue que el juez tuvo conocimiento de ese traslado.
Cristina aseguró que el INAU no solo incumplió con esa medida sino que los otorgó a otra familia y no dio cuenta al juez. «El abogado de INAU respondió que desde julio los nenes están con una familia de alto porte», dijo.
«Como el INAU quiere tapar toda la macana que se hizo con nosotros, lo que quiso hacer fue entregar a cualquier familia para que nosotros no tengamos chance. Ellos hicieron una cuestión personal entre nosotros con la directora», añadió.
Opinó que estas situaciones y cambios generarán daño psicológico en los niños. «Los nenes estaban pasando por un duelo por la muerte de los dos padres. Ellos fueron al INAU y luego estuvieron con nosotros un año y medio. Después de nosotros fueron a un hogar de alternativa, donde los tuvieron unos meses y ahora tienen una nueva familia».
DOS EXPEDIENTES
El doctor Raúl Oxandabarat, vocero de la Suprema Corte de Justicia, explicó que uno de los expedientes (300-353/2008) tramita la recuperación de la tenencia por el matrimonio residente en Montevideo que pretendía adoptarlos. El otro expediente (300-822/2006), promovido por INAU, plantea la separación definitiva de los niños de su familia biológica. «Son referidos a los mismos niños, diferentes vínculos. Uno es el vínculo de los que pretenden legitimar la adopción y otro es el vínculo de la familia biológica, o sea, de los tíos. Por eso son dos trámites, que no quiere decir que estén en antagonismo, son temas distintos».
Consultado respecto a las razones por las cuales el juez Javier Book se declaró incompetente para entender en el expediente que tramita la recuperación de la tenencia por parte de la pareja de Montevideo, Oxandabarat señaló que, de acuerdo a la ley vigente, la competencia está dada por el domicilio del menor. «El expediente en que se pretende recuperar la tenencia de los niños por los padres adoptivos tuvo que enviarse a Montevideo porque es ahí el domicilio de los niños», indicó. No obstante, Book continúa entendiendo en el expediente que refiere a la separación definitiva de los niños de su familia biológica.
SIN RESPUESTA DE INAU
La jefa departamental del INAU, Mónica Inella, señaló a EL TELEGRAFO que los niños fueron enviados a Montevideo debido a una cuestión de orden en la lista de adopciones.
No brindó declaraciones sobre el caso debido a que los hechos tuvieron lugar en la capital, e indicó que quien podía explicar lo ocurrido era la directora del Instituto de Legitimación Adoptiva y Adopción (Ilaya), Beatriz Scarone. Sin embargo, la jerarca no respondió ninguno de nuestros reiterados llamados, efectuados durante varias semanas.
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