HISTORIA: 1899

Locales | 12 Dic En la misma edición del lunes 28 de agosto, el vespertino salteño «La Prensa» publica el texto del discurso pronunciado en el acto de la Meseta por el representante sanducero. Dice textualmente:
«Discurso del Señor Alberto S. Quintana»
«Señores: designado por mis compañeros de Comisión para hacer uso de la palabra en este acto grandioso, cumplo con ese alto honor lamentando no ser el más autorizado para ello».
«Señores: El pueblo Oriental, chico en sus fronteras pero grande en la historia, tiene héroes cuyas proezas debe honrar, pero el que descuella en primera línea es aquel que, fundador de nuestra nacionalidad y después de habernos legado brillantes páginas para la historia nacional, concluye sus días, por una aberración del destino, en la mayor miseria y en un rincón de tierra extraña».
«No pretendo hacer la biografía del Primer Gefe de los Orientales, puesto que todos y cada uno de esos hechos culminantes están grabados en nuestros corazones, pero sí quiero hacer constar la inmensa deuda de gratitud que todos los Orientales hemos contraído con un pueblo hermano que ha dado una prueba elocuente y acabada de su patriotismo y demostrado que sabe cumplir con el mayor de los deberes de los pueblos que conservan incólume la memoria de sus gloriosos antepasados».
«De hoy en adelante se alzará en esta histórica meseta, soberbia y majestuosa, la imagen de nuestro ilustre prócer el General José Gervasio Artigas, para demostrar a propios y extraños que los Orientales han sabido hacer justicia a aquel que no quiso ceder su patrimonio al bajo precio de la necesidad».
«Cábele a los habitantes del Salto esa envidiable inmensa gloria, pues por su solo y patriótico esfuerzo han llevado a feliz término las aspiraciones que concibieron en una Asamblea popular para perpetuar en granito y bronce la veneranda figura del vencedor de Las Piedras, legando a la vez a las futuras generaciones su digno ejemplo de amor patrio».
«La brisa del caudaloso Uruguay, cuyas olas bañan sumisas y resplandecientes al pié de esta meseta como si compartieran con esta apoteosis, conducirán hasta los confines de la República los ecos de este solemne acto, a la vez que los Orientales sentirán palpitar sus corazones por aquel que fue su primer gefe».
«El Departamento de Paysandú, en el cual ha sido elevado este monumento, acepta con todo cariño y veneración el preciado legado».
«El Salto ha realizado la grandiosa obra y Paysandú con orgullo sabrá conservarla. He dicho».