Opinion | 09 Dic El aumento de la frecuencia de tumores cutáneos asociados al exceso de la exposición solar es un problema mundial cuyas causas son las conductas sociales respecto al sol, pues las personas se exponen a horas indebidas sin la adecuada protección. Además, existen cambios en las capas de la atmósfera y el recalentamiento global de la tierra, factores que inciden en el agravamiento de este problema.
En Uruguay, la incidencia del melanoma —el menos frecuente pero más agresivo de los tumores de piel y uno de los más malignos de todo el organismo— se triplicó y cada año aparecen 300 nuevos casos y mueren 70 personas, según los datos más recientes. Las exposiciones intensas, esporádicas y con episodios de quemadura solar predisponen al desarrollo de esta patología. Cada año, al inicio del verano, desde el ámbito de la salud se exhorta a la población a cuidarse de la radiación ultravioleta, ya que existe evidencia científica que vincula el melanoma con ésta. No obstante, como en toda tarea de prevención, no alcanza con poner la información al alcance de la población sino que lo que se espera son conductas activas para tomar conciencia de que hay riesgos que pueden prevenirse con un control anual, una visita al médico o algo tan simple como utilizar ropa que proteja de la luz del sol y usar sombrero.
También se recomienda utilizar protector solar, y aquí si hay un problema puesto que se recomienda el uso de protectores con factor entre 15 y 30 para una correcta protección a la hora de exponerse a los rayos solares y, aunque sus precios varían según la marca, cuestan entre $ 255 hasta $ 489, que puede ser poco si se lo compara con la posibilidad de adquirir una enfermedad maligna pero también puede ser mucho dinero para buena parte de la población.
Por otra parte, las farmacias de los servicios de salud suelen no cubrir estas necesidades —que no son estéticas sino preventivas para la salud—, ni siquiera en el caso de los usuarios de más riesgo, lo que es otro impedimento para una prevención adecuada al realizar sus actividades cotidianas. El verano aún no ha ingresado, pero ya desde principios de la primavera hemos podido observar la intensa radiación solar que estamos recibiendo. Sin embargo, por distintas causas las medidas de prevención más elementales no son aplicadas por la gente. El exceso de sol hace mal. Basta mirar la estadística.