Paysandú, Domingo 14 de Diciembre de 2008
Policiales | 11 Dic Personal de la Brigada de Hurtos y Rapiñas de la Seccional Primera retuvo nuevamente a un conocido menor infractor apodado «El Marito», involucrado en varios hurtos cometidos en las últimas semanas en fincas y comercios de la zona céntrica. En un lapso de pocos días el adolescente fue capturado en al menos seis oportunidades, pero poco después de ser puesto bajo custodia del Inau, vuelve a escapar para cometer nuevos delitos.
Tal cual consignamos en las últimas ediciones, desde hace varias semanas la Policía lleva a cabo tareas de vigilancia en la zona céntrica de la ciudad para responder a los insistentes reclamos del público, dado que menores de edad han cometido varios hurtos y poco después de ser retenidos y derivados a Inau vuelen a delinquir. Los procedimientos efectuados en los últimos días por el personal de Hurtos y Rapiñas de la Seccional Primera incluyeron riesgosas búsquedas en techos de viviendas, intensos patrullajes y tareas de seguimiento, pero la imposibilidad de la institución responsable de la minoridad de retener a los infractores hacen infructuosa la tarea. El adolescente capturado ayer de madrugada, apodado «El Marito» y domiciliado en el barrio Río Uruguay, es el mismo que hace algunos días fue sorprendido en el interior de un estudio de arquitectos, en dos barracas y en los techos de una finca. También fue el autor del hurto de dinero desde una florería y estuvo involucrado en un incidente en plaza Artigas en el que dos personas resultaron heridas de arma blanca, mientras que en cierta ocasión fue retenido portando un revólver calibre .38. Cada vez, tras ser derivado a una dependencia de Inau, escapó para involucrarse en un nuevo ilícito.
Ayer, próximo a las tres de la madrugada y según nueva información extraoficial, personal de la referida repartición efectuaba tareas de vigilancia en la zona céntrica cuando fue alertado sobre un posible hurto en las inmediaciones de Montecaseros y Sarandí. Grande fue su sorpresa al dirigirse a una panadería de la zona y encontrar dentro del local al mismo menor que habían retenido al menos seis veces en los últimos días. El adolescente, de 16 años, había ingresado por una banderola instalada por calle Sarandí y se aprestaba a registrar el lugar en busca de dinero. Asimismo, los efectivos fueron notificados sobre otro intento de hurto perpetrado momentos antes en el edificio de la Escuela Técnica —ubicado al otro lado de la calle-- donde desconocidos habían ingresado tras romper una ventana orientada hacia el Oeste, para provocar un gran desorden en el aula de Química, aparentemente en busca de dinero. Convencidos de que el adolescente también estaría involucrado en este hecho, los funcionarios lo trasladaron al local policial desde donde, por orden del juez, fue nuevamente derivado a una dependencia del Inau. Parece que en esta ocasión la estadía del audaz de lincuente en el hogar de Inau fue más breve que de costumbre, ya que poco después de ser retenido en el interior de la panadería, fue nuevamente apresado por la Policía. En esta ocasión, personal de Hurtos y Rapiñas que efectuaba un patrullaje en la zona de Joaquín Suárez y República Argentina (cerca de la vía férrea), observó cómo el infractor extraía bultos desde unos pastizales y luego se dirigía hacia una parada de taxis cercana. Allí abordó un móvil y luego, seguido de cerca por los policías, se trasladó hasta la esquina de Leandro Gómez y Bulevar Artigas, donde fue finalmente interceptado en colaboración con personal de la Seccional Primera. En el interior del bulto que había recuperado desde el pastizal había un discman y unos auriculares.
El «Marito» fue nuevamente conducido al hogar de Inau, desde donde, como era de esperar, se fugó una vez más.
EL TELEGRAFO se dirigió a una fuente del Poder Judicial con el cometido de conocer los motivos por los que estos menores infractores son derivados a instituciones que no están en condiciones de retenerlos y donde además son alojados junto a menores que no son proclives al delito. La fuente insistió en que el «organismo competente» para determinar a qué dependencia deben ser derivados los infractores es el propio Inau y por tanto no es responsabilidad de la Justicia que éstos encuentren facilidades para escapar y regresen rápidamente a la calle para delinquir. Dijo que la institución que entiende en minoridad posee el equipo técnico necesario (asistentes sociales, psicólogos) para determinar qué dependencia es la adecuada para contener al infractor y recordó que el Código de la Niñez establece que el menor, en lo posible, no debe ser alejado en demasía de su núcleo familiar.
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