PAYSANDU INTERIOR
APLAUSOS PARA EL INTERIOR RURAL

Locales | 12 Dic El concurso denominado «La piel de mi ciudad» destacó el proyecto de Arroyo Negro, distinguiendo a los artistas plásticos Mario Sarabí y Horacio Santos, de Algorta, Carlos Poggio de Paysandú y a Damián Ibarguren de Montevideo. Los participantes en el concurso utilizaron la fachada del único almacén de ramos generales existente en 20 kilómetros a la redonda.
El concurso de «la gran romería de muros pintados», programado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), contó con la participación de 130 murales de todo el Uruguay. El tríptico creado por la comunidad de Arroyo Negro, que consta de 80 habitantes y está ubicada al sureste del departamento, obtuvo el segundo premio y la correspondiente distinción fue entregada en el teatro de verano «Ramón Collazo» de Montevideo.
Sus creadores dijeron que «la idea surge como una propuesta del Centro MEC de Piedras Coloradas, a cargo de Mario Sarabí y de la enfermera local Paola Martínez, que plantea desarrollar la actividad en dicho lugar como una forma de romper el aislamiento del pequeño caserío. Si bien en un principio la pintura se emplazaría en una pared de la escuela local, nos pareció más significativo hacer el mural sobre la fachada del almacén, que está más expuesto y visible que la escuela. Sin dudar se hizo este cambio, convencidos del mayor efecto que tendría en la esquina del poblado. Compartir con los niños y pobladores durante la jornada fue en sí mismo lo más importante de esta intervención. Los juegos, las pinturas, el mago, el mural y el gran almuerzo compartido con todos los alumnos, fueron los hechos notorios del evento, anunciado en el poblado, varios días antes».
Agregaron que «en todo momento se explicó a los circunstantes que se aproximaban, en qué consistía la actividad, enmarcada en la celebración del A60º aniversario de la declaratoria Universal de los Derechos Humanos».
En lo estrictamente pictórico, cada uno de los participantes intervino en forma individual en cada sector, realizando un mural armónico y decorativo.
Sarabí expresó que «entiendo que seleccionar pequeñas comunidades para realizar estas intervenciones tiene un carácter fermental mucho más efectivo y más honesto para con los pobladores, que se convierten en actores del mensaje que se aspira a difundir. Por el mero hecho de mencionar la problemática de los derechos humanos y a la Organización de las Naciones Unidas, directamente, sumado a la presencia de un fotógrafo profesional, le contagió al acto una brillantez excepcional. Tiene importancia también destacar la presencia de Sebastián el mago, que alegró el final de una larga y fructífera jornada».
Finalmente los participantes relataron que «la intervención en Arroyo Negro logró el cometido de difundir el asunto de los Derechos Humanos y dejar sentado que los mismos tienen defensores y practicantes entre todas las personas y en todas partes, aunque ellas no tengan conocimiento entre sí».