Locales | 16 Dic La experiencia que se vivió en Paysandú el año pasado, cuando se puso en marcha un plan de contingencia ante la presunción de que se estaba ante un caso de dengue autóctono servirá de modelo para analizar eventuales acciones en la región, en el caso de que lleguen a presentarse casos de esta enfermedad, indicó a EL TELEGRAFO la referente epidemiológica de la Dirección Departamental de Salud, Lic. Olga Rodríguez.
Señaló igualmente que pese a lo que se establece en el protocolo, de que tras la fase cero de la enfermedad se pasa a la uno y luego a la dos, puede darse que se pase prácticamente sin transición de la 0 a la 2, dado que cuando se alcanza a determinar si se está ante un caso de dengue, es posible que ya se haya registrado una rápida difusión, al contarse en el medio con el vector de la afección, es decir el mosquito aedes aegypti.
Recordó que en Paysandú ya hay experiencia recogida en 2007, cuando la alarma implicó que “se disparara el plan de contingencia y nosotros, después de terminado el alerta, valoramos lo actuado como muy positivo, porque hubo una respuesta muy rápida, se hizo en perfectas condiciones y se cumplió con todas las pautas y requisitos fijados por el ministerio”.
“Consideramos que desde lo local estamos bien preparados para enfrentar un caso de dengue, y lo nuevo que surgió ahora es que por lo general estamos parados en la fase cero, es decir que tenemos presencia del vector sin circulación de la enfermedad dengue autóctono, pero de todas maneras el Ministerio de Salud Pública no puede afirmar que estamos libres de la circulación de la enfermedad en el Uruguay, porque puede ser que algunas personas la hayan cursado en forma asintomática o como un simple cuadro viral y que no haya sido diagnosticada como dengue”, subrayó.
“Por lo tanto bien podríamos pasar de la fase cero a la fase dos, que es el brote epidémico, porque la experiencia indica que no necesariamente se pasará de la cero a la uno y luego a la dos. Por ejemplo, de un caso se puede rápidamente saltar a seis o siete en forma brusca, por cuanto mientras detectamos un caso, lo estudiamos y lo diagnosticamos, pueden aparecer seis, siete u ocho y ya estamos frente a la epidemia”, sostuvo.
“En esto es que tenemos que trabajar junto con quienes hacen asistencia, para advertirlos y concientizarlos de que esa enfermedad no se comporta exactamente como indican los papeles en cuanto a la sucesión de fases, y que sea lenta. Esto es muy dinámico y de detectarse un caso, ya estaríamos ante otros en muy corto tiempo”, advirtió.