Paysandú, Miércoles 17 de Diciembre de 2008
Opinion | 10 Dic De acuerdo a lo manifestado a EL TELÉGRAFO por José Cáceres, administrativo adjunto al Hospital sanducero, Paysandú cuenta con un parque de ambulancias envejecido e insuficiente para los requerimientos del departamento.
Esto genera gastos excesivos en mantenimiento a la vez que resulta imposible cumplir satisfactoriamente el servicio en Salud Pública, lo que provoca constantes reclamos de la población, en especial de zonas rurales donde el transporte se hace más crítico.
Este problema no es nuevo ni corresponde cargarle las tintas a la actual administración, sino que se arrastra por décadas en las cuales no hubo una política apropiada de mantenimiento de la flota de Salud Pública.
Así las cosas, siempre se actuó sobre situaciones puntuales, generalmente incorporando unidades recicladas de otros centros asistenciales que ya habían cumplido su vida útil, o vehículos que no resultan adecuados para las exigencias del medio. A estas se suman las que se obtienen a través de donaciones o compras realizadas por vecinos de determinados centros poblados que, ante la falta de respuesta de la administración central, optan por hacerse de sus propios equipos para satisfacer las necesidades de su comunidad.
El resultado evidente es una flota heterogénea, en el más variado estado de conservación, en muchos casos con unidades obsoletas o directamente inviable por el deterioro mecánico o estructural, con un altísimo costo en mantenimiento para brindar un servicio apenas satisfactorio.
Si bien el plateo de Cáceres respecto a tercerizar el servicio —al menos en la zona urbana— es una alternativa posible, igualmente habría que apuntar a una política nacional, que uniformice marcas y modelos de ambulancias para todo el territorio en dos o tres opciones, que se distribuyan de acuerdo a las necesidades del terreno donde debe cumplir funciones.
Asimismo, deberían ser renovadas cada cierto período –por ejemplo cada 10 años— para que no termine siendo más cara la reparación que el valor de la unidad. Este sistema presenta infinitas ventajas, entre ellas que en las compras por volumen se obtendrían mejores precios y como este tipo de importación no está gravada, muchas veces es más barato sustituir que reparar; las unidades desafectadas mantendrían su valor de mercado porque no serían demasiado antiguas, lo que representa un retorno de dinero al venderlas; los repuestos serían comunes y de fácil acceso, puesto que esto debería ser tenido en cuenta al momento de decidir la compra.
Finalmente, tendrían menos desperfectos, lo que redundaría en un ahorro para ASSE.
Es cierto que la inversión inicial sería alta, pero no exorbitante, en especial si se consideran los beneficios en un período de tiempo algo más dilatado.
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