HISTORIA: 1899

Locales | 10 Dic Prosigue diciendo la nota del periódico salteño sobre la inauguración del monumento en la Meseta de Artigas:
«El viaje a la ida fue muy interesante para todos, pues nos recreaba la vista la observación de las pintorescas costas, deleitaba los espíritus la música y varias gentiles señoritas hacían el piano en el salón bajo del buque. Varios aficionados tomaron vistas fotográficas de diversos espectáculos del viaje. La Fotografía Americana sacó varias al pie del monumento entre ellas una de la comisión de éste».
«A las 11 a.m. el ‘Salto’ llegaba frente a la Meseta y repitiéronse las salvas, al pié del monumento. El buque aproximose lo más posible a la barranca y se extendió una planchada por donde desembarcaron los viajeros sin necesidad de botes. La gente se reunió en torno al monumento, admirando aquella colosal obra que se eleva más de 80 metros sobre el nivel de las aguas. Un piquete del Regimiento 1º de Caballería al mando del Teniente Juan Gregorio Villar hizo la guardia de honor. La banda de ese cuerpo ejecutó el Himno Nacional, ante cuyos primeros acordes, la gente cedió un religioso respeto».
«Luego la banda de ‘Siamo Diversi’, que lucía su vistoso uniforme, hizo oír el Himno a Artigas composición del profesor Sesso, que fue muy aplaudida y que oyese con las cabezas descubiertas en señal de respeto».
«A poca distancia del monumento estaba una gran carpa adornada con banderas, en la cual se sirvió un almuerzo al elemento que iba representando el gobierno y la comisión de la fiesta. Se extrañaron mucho que allí se cedieran los puestos hasta a los más simples empleados de la Jefatura Política de Salto, inclusive una docena de comisarios y según dos comisarios, escribientes, etc. dejándose en pié, en pleno campo, sufriendo las inclemencias del sol del mediodía a las distinguidísimas familias, más dignas de mayor suerte que la que les cupo en ese acto. En esta recriminación, que no podemos omitir, se refleja la censura que mereció esta falta de galantería advertida por todos. Muy tristes deducciones se saca de esta serie de inconvenientes e incorrecciones, que deseamos no se repitan».