Rurales | 18 Dic Y se dieron el gusto. Después de meses de reuniones, papeles que no estaban en orden y visita de técnicos para inspecciones previas, los Productores de Cerdos de Paysandú (Proceres), concretaron la primera faena de lechones en su planta de Esperanza.
Alrededor de las 16 los integrantes de la directiva llegaron a la planta ubicada a 14 kilómetros de la ciudad, para realizar los últimos preparativos, aguardando la llegada del doctor Jorge Bartaburu, técnico de Industria Animal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y responsable de fiscalizar la faena.
Minutos antes de las 18, el médico veterinario llegó a la planta, siendo recibido por los productores, todos prontos con la ropa, botas y casco reglamentario para iniciar la tarea.
En la charla previa con EL TELEGRAFO no se evidenciaba nerviosismo, sino la satisfacción de iniciar una etapa fundamental para el grupo, que además de faenar sus animales en un lugar habilitado por los organismos competentes, deberá mantener esta pequeña industria, que ahora abastecerá de lechones al mercado sanducero.
Distendidos y en familia, sucedían las anécdotas de las horas de insomnio preparándose para este momento, qué tarea le comprendería a cada uno dentro de la playa de faena, pero fundamentalmente, pensando cómo encarar el futuro de una pequeña empresa que arranca con grandes expectativas.
“La primera faena legal y autorizada”, fue una frase que los productores repetían frecuentemente, y que dejaba claramente establecido lo que representa para los productores locales sacar al mercado de Paysandú por primera vez lechones de muy buen nivel de crianza y genética de primera. Precisamente 25 ejemplares oscilando entre 25 y 30 kilos fueron faenados en esta primera instancia, lechones conocidos como F1, de carne magra y características reconocidas por su calidad y terneza.
Y todo va de la mano. Las características de calidad de estos animales mucho tienen que ver con el trabajo de los productores en sus establecimientos, mejorando las instalaciones, genética y alimentación para llegar a este momento, en donde la legalidad de la faena “completa un eslabón más de la cadena, por la cual venimos luchando desde hace mucho tiempo”, explicaban.
Un aspecto que se tiene en cuenta y es importante es el escalonamiento de la producción. Proceres pretende contar con lechones todo el año, para lo cual ya tiene planificado un sistema de producción.
“En los predios quedan actualmente lechones de 8 y 10 kilos en pie, que dentro de 30 días estarán prontos para ser faenados, y así sucesivamente. A medida que la demanda sea mayor, ampliaremos la cantidad de madres y nos ajustaremos a la exigencia del mercado”, precisaron los productores.
Planta
La planta tiene una capacidad de faena de 25 lechones diarios, y con todas las exigencias del Instituto Nacional de Carnes (INAC) y el MGAP.
Cuenta con corrales de espera, tubo de ingreso de los lechones, mesa de sangrado, que además está aparte del orín del animal. Después de la faena se coloca en un riel y de ahí llega a la cámara de frío, que es el final del proceso.
Obviamente también se tuvieron en cuenta los desagües y la pulcritud de las instalaciones, los baños, oficinas y salas en donde se guarda la ropa de trabajo.
El traslado de los lechones se realizará previo a la autorización de los técnicos, en un camión debidamente autorizado por INAC. Por lo tanto, Proceres se encarga de faenarlos y entregarlos al camión con las guías correspondientes.
Recuerdo
Cuando se cristalizan acciones de este tipo, viene a la mente de los productores, el recuerdo de quienes hicieron posible, con su trabajo y esfuerzo, llegar a este momento.
El doctor Gerónimo “Barón” Vanzini trabajó desde el comienzo con los integrantes de Proceres, asesorándolos en la forma de criar sus animales, aconsejándoles qué tipo de animales mantener e incentivándolos para continuar creciendo.
Y aunque hoy físicamente no está para acompañarlos, está en el recuerdo de quienes gracias a sus consejos hoy pueden disfrutar de esta realidad. Porque seguramente, como lo anhelaba “Barón”, los productores de Proceres se dieron el gusto.