Paysandú, Viernes 26 de Diciembre de 2008
Locales | 22 Dic Para el Dr. Miguel Pezzutti Echeverría, especialista en temas tributarios, existen normas que deben respetarse en nuestro ordenamiento jurídico, incluidas en la Constitución, para que no se avasallen los derechos del contribuyente y se guarde el debido equilibrio entre deberes y obligaciones.
El profesional fue entrevistado por EL TELEGRAFO en oportunidad de trasladarse a Paysandú a efectos de exponer ante empresarios locales en la sede del Centro Comercial sobre los derechos del contribuyente y facultades de los organismos recaudadores a propósito sobre todo de la actividad que realiza la Dirección General Impositiva (DGI).
Al ser consultado sobre los controles que lleva adelante este organismo y el carácter más severo que se percibe sobre todo a partir de la presente administración, consideró Pezzutti que “este enfoque de la DGI que llega al empresario en realidad no es tan nuevo, porque se viene profundizando y yo diría que el cambio fuerte se dio hace más tiempo, es decir hace unos cinco o seis años”.
Acotó que “ello se dio mediante facultades mucho más intensas que tiene la administración, y sobre todo generando en el marco del contribuyente en muchos casos una sensación de inseguridad o incertidumbre, que genera la necesidad de establecer reglas de juego más o menos claras para que tanto quien aporta como la administración tengan claro hasta donde llegan los deberes y hasta donde los derechos de cada uno”.
Al ser consultado respecto a la actitud y disposición de los contribuyentes en Uruguay, subrayó que “hay una verdad universal, que es que a nadie le gusta pagar impuestos, y hay una vieja expresión de un ministro de Economía de Luis XV, respecto a que el arte de la fiscalidad es el arte de desplumar al ganso sin que el ganso chille demasiado. Es decir que si a nadie le gusta pagar impuestos, tiene que haber sí o sí normas que habiliten a la administración para los controles y para llegar a conocer la realidad de los hechos, porque evidentemente el impuesto no es un fenómeno simpático para la gente”.
Precisó Pezzutti asimismo que “hay principios que están garantizados en la Constitución, en nuestro ordenamiento, en los cuales la persona es el centro de protección, es decir que la persona no está en función del Estado, sino que el Estado está para servir a la persona”.
Apuntó que “en la medida en que el Estado está para servir a la persona no podemos decir que el interés del Estado está por encima del interés de los particulares, porque en base a eso se pueden avasallar derechos que están protegidos en la Constitución”.
Paralelamente el profesional expuso que “en la práctica nos consta que estamos visualizando dificultades serias de respeto a esos derechos, y tenemos una incertidumbre general respecto al tema por una serie de factores. En primer lugar una postura bastante agresiva de la administración fiscal, que muchas veces está llevando adelante procedimientos que no están siguiendo de manera adecuada los principios que están incorporados en las normas vigentes”.
“Por otro lado hay un problema con la tutela, con la cobertura, la garantía de esos derechos, porque no tenemos una justicia especializada, porque las normas muchas veces habilitan interpretaciones que los jueces toman de una manera determinada y no revisan el fondo de los temas y entonces el particular se encuentra al final del camino con un montón de años y casi un vía crucis sin que haya tenido una verdadera y efectiva tutela de sus derechos”, puntualizó.
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