Opinion | 23 Dic La descentralización de los servicios de salud en gran medida equivale a regionalización en un país en el que los recursos son escasos, y precisamente la apuesta hacia una política de igualdad pasa por utilizar criteriosamente el dinero de todos en sistemas que permitan atender regiones que por su distancia de Montevideo son hoy las que más carencias sufren.
Hasta ahora la mentada regionalización se ha dado en cuentagotas, por ser benignos, pero se está a tiempo de rectificar rumbos y sobre todo de aprovechar ventajas e infraestructura para instalar centros de cierta complejidad que permitan evitar el peregrinar de los pacientes hacia Montevideo por centenares de kilómetros.
Una posibilidad cierta de regionalización se da, por ejemplo, con la instalación en Paysandú de un Hospital de Ojos, en la misma medida que la incorporación de un centro cardiovascular en Salto, de la misma forma en que está en marcha en Tacuarembó un centro neurológico.
Hace pocos días dábamos cuenta que desde Paysandú viajan semanalmente entre diez y doce personas para operarse de alguna afección ocular, como cataratas o glaucoma, al Saint Bois, en Montevideo, que atiende unos doscientos pacientes por semana. La situación se da tras la resolución del Ministerio de Salud Pública de remitir al nosocomio capitalino a todos los enfermos que van con pasaje pago a someterse a la operación sin costo.
Es decir que ya ante la demanda en nuestro departamento, estamos ante un número muy significativo de potenciales pacientes, a los que se agregarían los de departamentos vecinos de una extensa área del litoral y del centro norte del país, a los que por supuesto afecta sensiblemente la lejanía con Montevideo. El Hospital Escuela del Litoral “Galán y Rocha” tiene infraestructura para atender el desafío que significaría poner en funcionamiento un Hospital de ojos, y corresponde recordar que el doctor Richard Millán, director de Interior de la Administración de Servicios de Salud del Estado, indicó que en el norte del río Negro se instalaría un servicio similar al que funciona en el Saint Bois, además del que se anunció para Carmelo, en el departamento de Colonia, que tendría carácter regional para atender además a pacientes de Soriano, San José y Río Negro.
Asimismo, debe tenerse presente que el block quirúrgico del Hospital sanducero, de próxima inauguración, se encontrará en perfectas condiciones para todo tipo de intervenciones, incluso las de oftalmología, que ya se practicaron aquí en su momento. No se necesitarían tampoco grandes inversiones para adecuar la estructura a estas necesidades, y aparentemente el nudo gordiano radicaría en la escasa disponibilidad de oftalmólogos, que es un aspecto que debe dilucidar el Ministerio de Salud Pública, desde que quienes siguen esta especialidad mantienen diferencias con las autoridades ministeriales, por lo que no es un problema de Paysandú sino nacional, por encima de la regionalización que promovemos como una necesidad imperiosa para el sistema de salud.
Lamentablemente, los obstáculos para hacer realidad esta regionalización hasta ahora no radican precisamente en los recursos, sino porque la salud también sigue la rígida estructura centralista que se instrumenta desde y para Montevideo, al punto que en la capital están concentrados todos los Institutos de Medicina Altamente Especializada.
Si seguimos este criterio de Salud Pública, en el que parece que no es problema alguno trasladar pacientes cientos de kilómetros hasta la capital, con el tiempo podría dejarse en los hospitales del Interior solo estructura para que funcionen los CTI, y volcar las inversiones simplemente a medios de transporte adecuados, para que todos nos atendamos en Montevideo y que se las arregle como puede el que no esté en condiciones de viajar.
Pero ese extremo no es el que sirve al ciudadano del Interior ni al país, por lo que confiamos en que nuestras autoridades sabrán discernir cuáles son las respuestas que realmente atienden a las necesidades del país del norte del Santa Lucía. Un Hospital de ojos en Paysandú sería solo un paso, pero no menor.