Paysandú, Miércoles 31 de Diciembre de 2008
Opinion | 24 Dic La inercia correspondiente a los buenos momentos que vivió la economía uruguaya hasta el tercer trimestre de este año permitirá atemperar las consecuencias prematuras en nuestro país de la crisis financiera internacional, y es así que el cobro de beneficios generados durante el año determinaría que en gran medida el consumo en las fiestas de fin de año y el verano no sufrirá una caída significativa e incluso hasta podría aumentar respecto a similar período del año anterior.Es decir que por algún tiempo, que esperamos sea el más largo posible, los uruguayos y en particular los sanduceros, nos veremos beneficiados transitoriamente por el efecto del arrastre del período en que nuestros productos de exportación disfrutaban de muy buenos precios internacionales.
En realidad, lo que puede haber cambiado para el consumidor es sobre todo la revaluación del dólar, que ha empujado al alza artículos que se cotizan en la divisa norteamericana, y que por lo tanto aparecen en las vidrieras, traducidos a pesos, con un aumento del orden del 20 por ciento, y a la vez se ha registrado un aumento similar en pesos para quienes tienen pactadas cuotas en dólares. Pero en lo demás, salvo en las expectativas y envíos al seguro por desempleo y precaucaciones adicionales en empresas exportadoras, todavía no hay manifestación directa consecuente de lo que ya está ocurriendo en Estado Unidos y Europa.
La interrogante radica en lo que va a pasar el año próximo, lo que implica ponderar expectativas y cálculos de economistas en los que sin embargo todavía hay demasiados parámetros sin definir como para establecer pronósticos más o menos afirmados en bases técnicas confiables.
Pero en cambio, sí hay experiencias que deben tenerse presentes por lo que ha pasado en crisis anteriores, y estos elementos indican que el primer afectado por los problemas será el Interior, que es donde primero se siente el impacto, en tanto Montevideo sigue viviendo la burbuja del consumo fácil y los sueldos seguros de funcionarios públicos organizados que reclaman todo para sí, sin tener en cuenta la situación de quienes generan la riqueza para su buen pasar.
Un estudio de los economistas Horacio Bafico y Gustavo Michelin, publicado en el suplemento “Economía y Mercado” del diario El País, da cuenta de que el primer impacto de la crisis internacional “se comienza a sentir a partir de este último trimestre del año principalmente en el interior del país”, y pregunta “¿cuánto demorará en sentirse su efecto en los hogares de Montevideo?”.
Recuerda que la experiencia de los ciclos de precios anteriores señalan entre tres y cuatro trimestres después de la caída de precios en los productos primarios, debido a que operan amortiguadores del lado del Estado y se deben cumplir los plazos involucrados en los negocios y la cadena de pagos.
Ello da la pauta, según los analistas, de que el impacto de la menor demanda internacional se irá sintiendo a lo largo del año y que por lo tanto el peor momento de la economía uruguaya recién se alcanzará sobre fines del 2009 y principios de 2010, previéndose en primera instancia que se tenderá a igualar la pirámide distributiva “hacia abajo” teniendo en cuenta que existen planes estatales de transferencias que aseguran niveles mínimos, sin olvidar compromisos de aumentos salariales para funcionarios del Estado que comprometerán gran parte de lo que se recauda en medio de la crisis.
Agregan que igualmente todo indica que las empresas son las que van a soportar el primer golpe de la crisis en ciernes, pero aclaran que “esto será mucho más grave en el Interior, como resultado combinado de la caída en los precios de las materias primas y de la sequía que aqueja al país”.
Estos elementos no tienen carácter de pronóstico pero sí implican poner sobre la mesa situaciones posibles evocando realidades que se han dado en sucesivas crisis. Estas indican que mientras en Montevideo se continúa viviendo en un mundo de fantasía, como si nada ocurriera, sobre todo en el ámbito del Estado, y se vive la euforia de las vacaciones de verano próximas, con la “fuga” masiva a la costa, el país real, el Interior profundo ya presiente la crisis y se apresta a acomodar el cuerpo para lo que puede venir, como la hormiga de la fábula, mientras la cigarra solo piensa en vivir su momento de gloria en el verano, para que después pase lo que Dios quiera.
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