JUAN JOSE NELCI

Locales | 26 Dic Se lo puede ver en cualquier ruedo criollo. Es capaz de construir el verso más humano y sensible o criticar duramente al gobernante de turno y –como se dice en la jerga campera– sin pelos en la lengua.
El payador oriental es un cantor de la improvisación, despierta curiosidad y admiración por sus condiciones naturales que lo hacen diferente al resto de los artistas. Precisamente la historia de hoy nos lleva a conocer a uno de esos juglares, viajero eterno del tiempo, comprometido con mantener viva la llama de la tradición.
Juan José Nelci comenzó relatando que “más que fiel a las raíces, es un compromiso con la gente del campo y con ello sabemos que entrelazamos hasta la ciudad”. Hace treinta años que junto a su guitarra recorre los caminos de la patria.
Desde muy joven descubrió su facilidad de crear un verso con ingenio y con apenas dieciséis al lado de Gabino Sosa, con unos versos champurreados, como acostumbran decir los gauchos, comenzó a transitar por el sendero de la payada. De ahí en más fue construyendo su propia carrera. Nativo de colonia Juncal –en las cercanías de Guichón– tiene 51 años y es padre de dos varones y una mujer.
Convencido de sus principios como cantor, asegura que “hoy el modernismo ha avanzado mucho, especialmente en las ciudades y en algunos pueblos, y si a la juventud no se le muestran estas expresiones culturales, con el devenir del tiempo se van a ir destruyendo, porque va perdiendo consistencia”.
“Hay que agregar que por momentos lo que hacemos los payadores es bastante ingrato, el camino se hace más duro”.
“Es un trabajo bastante mal pago y la sociedad le da mucho más valor a otras cosas que a éstas, que son nuestras verdaderas raíces, y si no tratamos de fortalecer estas estructuras, todo va camino a desaparecer”.
“Creo que el payador oriental tendría que estar mucho más arriba, somos una especie en extinción, lamento decirlo pero es así”, afirmó Nelci.